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La imputación incluye detalles de las conversaciones entre los uniformados con secretarios de los narcos, entre ellos incluso reclamos por no haber sido considerados en algunos pagos y otros “pecheos”.
La imputación incluye acusación por asociación criminal, cohecho pasivo agravado (coima) y frustración a la persecución penal. La imputación aporta detalles de la participación de cada uno de los detenidos, que por lo general no hablaban directamente con el narco brasileñó -detenido en nuestro país y expulsado al Brasil-, sino con Marcio Gayoso, su brazo operativo en la zona norte del país.
Los traficantes recibían información privilegiada y desde el primer anillo de protección de los fiscales antidrogas. Es el caso del agente policial Luis Carlos Capdevilla Quevedo, que fue asignado para la custodia del fiscal antinarcóticos Hugo Volpe y luego de Armaldo Cantero.
El mismo daba detalles a Gayoso del movimiento de sus “custodiados”, e incluso alertaba sobre posibles incursiones a la zona de plantaciones del grupo criminal. El 16 de julio del año pasado, por ejemplo, “Marcio le pregunta a Capdevila si no hay nada (operativos); Capdevila le dice que no y que cualquier cosa él le va avisar; Marcio le dice que iría entonces hacia allá a mirar (zona de planteaciones)”.
Por su parte el exjefe de la Comisaría de Pedro Juan Caballero, Edelio Celso Loreiro Baez, ya detenido el mes pasado por vínculos con otro narco en el marco del operativo “Dignidad”, también prestaba servicios de “guardia privada” para la organización de Levi y su secretario Gayoso, e incluso habría liberado cargamentos de droga. El mismo, según datos de las autoridades, tenía un sueldo mensual de los narcos.
“El comisario Loreiro, a petición de Marcio, habría realizado rondas preventivas a la casa de Levi o en ocasiones por pedido expreso realizaba verificaciones cuando Levi se alertaba de la presencia de vehículos extraños en las cercanías de su vivienda. Así también cuando era retenida alguna carga ilícita o eran detenidos asociados a cargo de Marcio, éste habría intercedido para la liberación ya sea de la carga o de los personales", detalla la imputación.
El comisario Loreiro habría mantenido al menos 10 conversaciones con Galloso por variados motivos, entre ellos liberar a detenidos y incluso reclamar el retraso en los pagos mensuales de las coimas.
El caso del suboficial primero Denis Manuel Caballero Vera también es sumamente particular, pues él mismo contactó con Gayoso para ponerse a “disposición”. Uno de los pedidos de Levi a este uniformado fue detener a dos policías brasileños que ingresaron de civil a nuestro país. Incluso solicitó fotografías de los mismo para identificarlos.
En todos los casos, los delitos imputados están sustentados además por grabaciones de conversaciones telefónicas. “No era que ellos traficaban, ellos realizaban la prestación de servicio para que la asociación (criminal) pueda cumplir sus fines”, indicó el fiscal Carlos Alcaráz, parte del equipo asignado al caso.