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La renuncia de Ana María Allen, titular del Instituto Paraguayo del Indígena (Indi), llegó en un momento de mucha tensión que se vivía en el Puente Remanso, donde los indígenas se resistían a ceder el paso, cuando los conductores ya perdieron la paciencia y al menos tres ambulancias estaban varadas en el lugar. Los cascos azules estaban prestos para actuar.
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La dimisión de Allen se confirmó alrededor de las 20:30, según los reportes desde el lugar, tras más de 12 horas de cierre, ya que el bloqueo inició a las 8:00 de este viernes. Los nativos exigían la renuncia como una moneda de cambio para liberar el paso.
Una vez enterados de la situación, quisieron resistir en el lugar afirmando que querían ver un papel que comprobara la renuncia; por este motivo, debió intervenir el propio ministro Joaquín Roa, quien ante la reticencia a liberar el tránsito, pidió personalmente a conductores que abrieran paso a las ambulancias que debían pasar. Minutos después los indígenas cedieron suspendieron el bloqueo. La congestión en el tránsito, no obstante, se mantuvo por un buen tiempo tras la liberación, debido a la gran cantidad de vehículos que se extendían por varios kilómetros.
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Pese a que casi al final de la tarde los indígenas afirmaron que aceptaban levantar el bloqueo en el puente, igual se mantuvieron en el sitio, y pasadas las 19:00 las negociaciones quedaron en cero, puesto que ratificaron que no se moverían del sitio si no se concretara la salida de Allen.
Los manifestantes exigían viviendas dignas y víveres. Afirman que fueron despojados de sus tierras ancestrales y que ahora los ganaderos están quemando todos los campos, en alusión a los grandes incendios forestales que se sucedieron en el Chaco.
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