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Para la entrega de los reclusos, la Policía dispuso de un vehículo de traslados de internos. Este móvil fue abordado por los tres malvivientes junto al jefe de seguridad, Miguel Medina. Poco después de las 19:30, la comitiva policial llegó hasta la penitenciaría, donde los tres delincuentes liberaron a su rehén y entregaron sus armas.
Finalmente, los supuestos soldados del PCC liberaron a Medina tras ingresar al centro de rehabilitación. Luego de un poco más de 3 horas, la Policía Nacional, con intervención del fiscal Miguel Leal, consiguió que el rehén fuera liberado sin lesiones.
Para este desenlace sin violencia, las autoridades cumplieron con las exigencias que establecieron los reclusos, quienes pidieron que un vehículo los trasladara de vuelta al penal y que la prensa esté presente transmitiendo lo que suceda para garantizar que la Policía no los ultime durante la entrega o el traslado.
Durante el trayecto al Cereso, el vehículo en el que fueron trasladados los reclusos fue resguardado por una caravana de patrulleras para evitar que un posible escape.
Los internos fugados mantuvieron de rehén y amenazado a Miguel Medina, jefe de seguridad del Cereso. Los tres portaban armas blancas. Luego de una persecución y un enfrentamiento a tiros, fueron rodeados e iniciaron las negociaciones con la Policía.
Los delincuentes había huido tras un incidente en el centro de reclusión y se vieron rodeados por los uniformados cuando el rodado sufrió un desperfecto mecánico. Allí, el comisario Germán Real fue uno de los que lideraron las negociaciones, y logró la entrega pacífica de los internos.
Los tres secuestradores fueron identificados como Vicente Antonio Leiva, Walter Ayala y Yackson Danilson. Ayala fue señalado como uno de los autores del asesinato de un guardiacárcel del penal de Tacumbú y de su hijo en agosto de 2016, un crimen vinculado al narcotraficante brasileño Jarvis Chimenes Pavão. Mario Lezcano Mereles (48) y su hijo Mario Alberto Lezcano (26) fueron las víctimas fatales.