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Los atacantes incendiaron la casa de madera construida para el capataz de la estancia, ya que la anterior había sido destruida durante el ataque del jueves. También destrozaron parte del vallado perimetral. Además, los atacantes bloquearon los caminos con rocas y troncos para evitar que la Policía pueda llegar al sitio.
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El pasado jueves, los atacantes tomaron como rehenes al sereno del establecimiento, Joaquín Figueredo Caballero (51), y a su hijo de 10 años de edad, mientras quemaban dos retroexcavadoras.
El ganadero Faría denunció que la zona está bajo permanente amenaza de invasiones por parte de supuestos campesinos sin tierra, a los que califica de “terroristas” y atribuye la serie de ataques.
“Yo me pongo a disposición del Indert, quiero llevar mi título de propiedad y sentarnos a hablar para que se pueda solucionar este problema, porque quemando mi casa, tractores, no es la solución, ni que yo me vaya a espantarles a estos supuestos sintierra. Ni la Policía ya quiere estar ahí. No son campesinos sino terroristas”, sostuvo el afectado en conversación con ABC Color.