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El hecho ocurrió esta tarde alrededor de las 16:00 cuando Andrés Armoa, de 35 años, llegó a su domicilio y discutió con su esposa María Contrera Valiente. Luego de la discusión el hombre supuestamente tomó su arma y disparó contra la mujer, quien cayó al piso. Asustado, el supuesto feminicida auxilió a su pareja y la llevó hasta el hospital de Calle’i, San Lorenzo, donde se constató su deceso.
Según el relato del comisario Rubén Paredes, de Investigaciones de la Policía de Central, el detenido primeramente intentó negar lo ocurrido, pero ante la presión confesó el crimen. “Quiso simular la escena del crimen, un asalto, pero teniendo la presión de haberle matado a su pareja, cayó en contradicciones”, comentó el oficial. Además, el autor contó dónde guardó el arma homicida, que estaría en la casa de la pareja.
Armoa y Contreras llevaban 15 años de casados y residían en una casa ubicada en el barrio Pa’i Ñu de Ñemby. Tenían juntos una hija de 10 años y un varón de pocos meses, según informaciones preliminares brindadas por el comisario a ABC TV.
Cerca de las 19:00 se iniciaron las diligencias de rigor a fin de extraer la bala del cuerpo de la víctima y corroborar que coincida con el arma en cuestión.
Autor alega que fue accidental
Según la versión que el detenido brindó a la prensa, el disparo que acabó con la vida de su esposa fue accidental. Señaló que el arma que tenía en su poder la había comprado como regalo para su suegro. Contó que en el momento del incidente su hija estaba en la escuela y el bebé estaba en la casa.
Él dijo que como toda pareja solían tener discusiones pero que hoy el saco el arma, la cargó y le iba a mostrar a su señora cómo suena un disparo, informó la corresponsal Antonia Delvalle Castillo.
Dijo que no tenía problemas con su pareja y que no hubo una pelea previa al suceso. También comentó que llevó a su esposa hasta el hospital de Calle’i San Lorenzo, pese a que el hospital de Ñemby le quedaba más cerca, porque habitualmente van hasta San Lorenzo para ser atendidos.
Indicó que no intentó esconder el arma con la que mató a su esposa y que la dejó en el tinglado de su casa. Aseveró que tenía el revólver consigo porque lo llevó para comprar un estuche. Reconoció que adquirió el arma por internet y que no cuenta con la documentación requerida.
Armoa pidió perdón a los familiares de la víctima y alegó estar preocupado por sus hijos. Insistió en que no tenía problemas graves con su esposa y que está arrepentido de lo ocurrido.