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Ni pedido de disculpas, ni anuncio de barridas dentro del Ejecutivo, y mucho menos explicaciones sobre qué fue lo que sucedió con un joven abogado de 27 años que negoció parte de un acta bilateral con la supuesta anuencia del Vicepresidente de la República.
Mario Abdo Benítez no dijo nada importante, salvo agradecer a los legisladores que trabajaron para impedir su juicio político, así como el de Hugo Velázquez, por supuesto mal desempeño de sus funciones. El 70% del esperado discurso del Mandatario fue solo de agradecimientos, de contar el mal momento que pasó con esta situación y de cómo su familia fue su sostén en los momentos difíciles.
“Marito” no contó tampoco qué fue lo que negoció con el sector cartista para evitar el juicio político, ni tampoco de qué habló con diputados y senadores abdistas durante toda la madrugada. Sobre el final de la conferencia, dijo que “habría momentos para preguntas”. Hoy no admitió ninguna.
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“Quiero agradecerle al pueblo paraguayo,que demostró su interés y protagonismo en el interés en la defensa de sus ideales. Quiero agradecer a quienes criticaron al Presidente de la República y a quienes no perdieron la fe en el Presidente de la República”, expresó el Jefe de Estado en parte de su alocución en el Salón Independencia del Palacio de López, flanqueado por su esposa, Silvana, quien permaneció impasible durante todo el discurso.
“Quiero agradecer a mi familia, a mi señora, que pasaron conmigo momentos difíciles, angustias, y que si no hubiese sido por la contención de mi señora esposa, el apoyo de mis hijos, hubiese sido mucho más difícil superar este momento. Reitero: (esto) debe servir para una reflexión para recuperar esa bandera que levantamos en nuestra campaña electoral y el compromiso que hemos hecho con el pueblo paraguayo”, sostuvo el Jefe de Estado.
Asimismo, Abdo pidió a la ciudadanía “tener fe”, y que el debate “apasionado” frente a los reclamos por el acta entreguista que se firmó con Brasil –que finalmente fue anulada– sirva para la “unión del pueblo”.
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Insistió en agradecer “a los diputados que buscaron una salida”, “a los senadores, ministros, dirigentes políticos de todos los partidos y a quienes impulsaron el juicio político, quienes revieron su postura apostando al diálogo y la democracia”.
“Cualquier proceso puede generar inestabilidad que daña, al fin y al cabo, a nuestro pueblo (...) Acá lo que importa es consolidar valores en nuestra democracia, en nuestro país. Quiero agradecer a todos los líderes de la región y del mundo que demostraron su preocupación”, añadió.
Abdo también contó que “no quería salir a hablar” antes de poder informar que el acta entreguista se anuló. “Les he dicho a todos que el Paraguay no se merece ser defraudado por sus líderes, por quienes cuidan los intereses de los paraguayos. Les dije que no iba a tolerar la corrupción, por más de que me duela la cercanía de compañeros y compañeras de lucha, que fueron fundamentales para el triunfo de nuestra causa. Les dije que eso no nos permitía tener errores en el manejo de la cosa pública”, indicó.
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Sostuvo que será "drástico” en los errores que se cometan de ahora en más dentro del Gobierno porque “ese es el mensaje que quiere nuestro pueblo”. Agregó que espera que la renegociación del Tratado de Itaipú sea una “causa nacional”.
Reiteró su compromiso del “caiga quien caiga”. “Aquí, este Presidente no va a negociar con sus principios y con sus ideales (...) (Queremos que) la gente sienta que tiene un gobierno que tiene el coraje de defender los intereses de nuestro pueblo. Esa frase, caiga quien caiga, va a ser más dura para los próximo cuatro años. Desde el Presidente de la República, el Vicepresidente de la República, y sea quien sea... Yo no voy a apañar a ningún solo paraguayo que deshonre al pueblo”, concluyó.
Después de este discurso, Abdo fue hasta la explanada litoral del Palacio de López, donde se montó una pantalla gigante y volvió a dirigirse a un centenar de “hurreros”, en su mayoría funcionarios públicos, que fueron allí para dar “su apoyo” al Presidente de la República.