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Al inicio de la diabetes, los niveles de glucemia no son tan altos. Si el afectado cumple a cabalidad con el tratamiento indicado, se pueden evitar amputaciones y otras complicaciones. “Desde el primer día, la persona diagnosticada con diabetes tiene que tomar en serio su tratamiento. Lastimosamente, la gran mayoría de los pacientes consulta cuando los niveles de glicemia son muy elevados, casi todos llegan con problemas muy avanzados en los pies”, indicó la Dra. María Aparicio, directora del Programa Nacional de Diabetes.
Mensualmente se registra un promedio de 30 cirugías según datos del Departamento de Urgencias de Adultos del Hospital Nacional. Dada la situación crítica en la que llegan los pacientes, 10 son sometidos a intervenciones quirúrgicas que requieren la amputación de un dedo, un pie o una pierna.
El Ministerio de Salud Pública cuenta con el soporte para que las personas se realicen el diagnóstico y accedan al tratamiento necesario. En ese sentido, los centros especializados están capacitados para dar respuestas a quienes presenten complicaciones, mientras que la Unidad de Salud de la Familia realiza el diagnóstico y el seguimiento de los pacientes de baja complejidad.
Diabetes tipo 1 y 2
Los pacientes diagnosticados con el tipo 2 pueden acceder a la insulina y los antidiabéticos orales de manera gratuita. Asimismo, los que presenten el tipo 1, en su mayoría niños, reciben un kit gratuito para el control riguroso que exige la patología, sumado a la capacitación de la familia en el cuidado del paciente.
La enfermedad renal crónica es otra complicación de la diabetes. Cada vez son más los jóvenes que acuden a los centros a dializarse. El 9% de estos pacientes procede del interior del país y la mayoría no empezó el tratamiento, lo dejó o sólo consume remedios yuyos para combatirla.