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Diana Salazar, la madre denunciante del caso refirió que los jóvenes estaban ayer alrededor de las 14:00 en la terraza de un patio abandonado, que pertenece a uno de los chicos.
“Es un edificio que no está terminado, a una cuadra y media de mi casa. Estaban reunidos ahí practicando freestyle y tomando tereré. Un vecino denunció y llegó la Policía de la Comisaría 16ª; supuestamente, iban a verificar sus datos, números de cédula... Pero, al final fueron llevados en medio de un procedimiento irregular, entre golpes, maltrato verbal y amenazas”, indicó.
La mujer aseguró que los jóvenes fueron torturados por los agentes y que esto consta en videos. Después, presuntamente los policiales quisieron negociar con los chicos para hacer que estos borren las grabaciones. “Ellos en todo momento alegaron que los chicos se resistieron, pero como dijeron de la Fiscalía, no había necesidad de llevarlos porque no tenían orden de captura”, agregó.
Afirmó que decidió denunciar este caso porque “es una violación de los derechos humanos”, y que los uniformados de esta comisaría tienen prácticas muy represivas e incluso siempre le dicen a los chicos que no deben llevar mochila.
Los jóvenes fueron identificados como Saúl Ocampos, Ezequiel Fernández, Marcelo Enrique Ramírez, Leonardo Daniel Araújo, Édgar Armando Martínez y Matías Bernal, mientras que los policías que realizaron supuestamente el procedimiento sospechoso son el suboficial Ramón Mendoza y el suboficial Óscar Jara, informó el periodista de ABC Cardinal Eduardo Giménez.
Los agentes fiscales Osmar Segovia y Teresita Torres intervinieron en el caso. Según el Ministerio Público, los muchachos reconocieron que uno de ellos sí tenía 1,6 gramos de supuesta marihuana en su poder; no obstante, esa cantidad “no constituye delito", señaló el fiscal Segovia con referencia a la Ley de Drogas.
“Se nota que no poseían la droga para un fin ilícito, como la comercialización; ni siquiera para el microtráfico, sino para su consumo”, acotó.
El funcionario público explicó que fue un procedimiento irregular de la Policía pues el argumento de la supuesta comisión del hecho punible de “resistencia” queda descartado, porque ninguno de los jóvenes tenía orden de captura.
Por su parte, los agentes policiales alegaron que acudieron al llamado de un vecino. “Los jóvenes fueron retenidos para ser identificados y tenían actitud sospechosa, por lo que procedieron a detenerlos, y ellos opusieron resistencia a los efectivos policiales; entonces, fueron trasladados a la comisaría”, señalan.
En el marco del allanamiento, los fiscales hallaron tres libros de novedades que los efectivos usaban de manera simultánea y no correlativamente. El agente fiscal manifestó que el tercer libro fue comprado solo minutos antes y los policías buscaban registrar un acta diferente a la que ya habían elaborado anteriormente, lo cual también sería algo irregular.
Los jóvenes fueron llevados a la clínica forense del Ministerio Público para ser evaluados, y el caso, derivado a la Unidad Especializada de Derechos Humanos para indagaciones acerca del procedimiento policial y los jóvenes.
Uno de los detenidos, Saúl Ocampos, quien al parecer recibió mayor cantidad de golpes, manifestó que los policías no quisieron registrarlos e identificarlos en el sitio, solo querían llevarlos a la comisaría. Entonces, tras discutir, finalmente decidieron ir.
“Nos llevan a la parte del calabozo y nos desnudan; en todo momento nos golpearon. Nosotros nos fuimos con la intención de solucionar, de que nos puedan revisar, porque ellos nos dijeron que la revisión iba a ser en la comisaría, pero ellos se encabronaron porque grabamos todo. Yo me resistí por mi teléfono, porque no quería que me sacaran”, dijo.
“Después se van y nos dicen que iba a llegar gente de la Fiscalía, y que querían llegar a un acuerdo. ‘¿Qué van a hacer: quieren alargar esto o quieren que termine acá?'. ‘Queremos salir nada más’, les dijimos. Nos pasó nuestro teléfono, y en su cara quiso que borráramos los videos donde se notaba que ellos nos golpearon”, añadió.
A su vez, le comisario Luis Fretes negó que haya tortura por parte de los uniformados. “Entiendo que sí, que es muy poca la sustancia que se encontró. Efectivamente, manifestaron que se les torturó, cosa que se niega categóricamente; por supuesto que hubo resistencia y un forcejeo entre ellos, pero normalmente ocurren estas cosas”, señaló.
Respecto a los tres libros, dijo que las declaraciones de la Fiscalía se basan en el “desconocimiento”. “Por desconocimiento, porque nosotros tenemos dos libros de denuncia, uno par y otro impar; el otro es el libro de novedades", afirmó.