Cargando...
Vera negó que hayan estado en el sitio el día que se habría perpetrado el asesinato de Alcibiades Desiderio Ayala Coronel (71), su esposa Francisca Núñez Romero (71) y dos niños que son nietos de estos. “Nosotros fuimos el viernes a la estancia (Taguató), porque el capataz pidió que le lleve sus cosas, tomamos dos o tres latitas”, relató Vera. Negó que hayan estado en la estancia el miércoles, que supuestamente fue el día en que se cometieron los asesinatos.
Tras su llegada a Asunción, provenientes del Cruce Pioneros, Chaco, donde fueron detenidos, prosiguió que “el capataz me llamó y me dijo que necesitaba sacar todas sus cosas. Nos fuimos el viernes y le traje hasta Mcal. Estigarribia porque yo tengo una Saveiro nomás, de ahí les llevó un fletero”, argumentó.
Lea más: Habrían matado a la familia “para borrar las evidencias”
Sostuvo además: “vengo para colaborar con la justicia porque somos inocentes. Soy padre de familia, amigo, no quiero estar en este lugar ahora, tengo dos hijos y un hijastro”, alegó al ser consultado sobre su participación en el asesinato de los niños y sus abuelos. Negó en todo momento que tanto él como su hermano estén involucrados en los crímenes y fue por eso que finalmente se entregaron, para dar su versión de lo ocurrido.
Lea también: Policía detiene a los principales sospechosos del cuádruple homicidio
Minimizó sus antecedentes judiciales y dijo que supuestamente no es un abigeo. “Yo compro y vendo postes, ustedes le preguntan a los menonitas, todo el mundo me conoce”, argumentó.
Gavilla
Según el comandante de la Policía Nacional, comisario Walter Vázquez, hoy se realizó un nuevo allanamiento en la casa del capataz, donde se encontraron varias evidencias y que las investigaciones prosiguen. Señaló que la hipótesis que manejan es que se trataría de una gavilla de delincuentes la que operó en este caso, incluido el capataz. “El principal sospechoso es el capataz, pero estas personas (los hermanos Vera Medina) también estuvieron involucradas, ellos limpiaron la escena del crimen”, dijo.
Por su parte, el comisario Marcelino Espinoza, jefe del Departamento de Homicidios de la Policía, sostuvo que serían siete los integrantes de una gavilla que se dedicaba al abigeato: el capataz, su esposa, los dos detenidos y tres personas más que están identificadas pero que hasta el momento están prófugas.
“Fue algo bien planeado”, sostuvo y aseguró que tienen la sospecha de que el capataz y su esposa nunca dieron sus identidades reales desde que fueron contratados por el dueño de la estancia, aproximadamente dos meses atrás, lo que hace sospechar aún más que están involucrados, además de las evidencias que se hallaron en el lugar donde vivían.
Según el Ministerio Público, el cuádruple crimen en la estancia Taguató tuvo como móvil principal el hurto de ganado. El matrimonio de ancianos vivía en la finca de la que era propietario y los menores de edad estaban accidentalmente en el lugar con motivo de las vacaciones de invierno. Todos fallecieron por impactos de bala, según el informe forense. El coordinador de tanatología de la Morgue Judicial, Silvio Chirife, explicó que el crimen pudo haberse producido entre seis u ocho días antes del descubrimiento de las cuatro víctimas.