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Una de las preguntas que surgieron tras el cuádruple homicidio que se descubrió el domingo en la estancia “Taguato”, zona de Mariscal Estigarribia, fue cómo los delincuentes pudieron trasladar casi 90 cabezas de ganado superando todos los controles estatales.
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En ese sentido, el presidente de Senacsa dijo este martes que los delincuentes que formaron parte de la red que perpetró el crimen que presumiblemente tenía fines de robo tenía la documentación en regla para poder hacerlo, y que hasta tuvieron tiempo, durante tres días, para cambiar las marcas del ganado que fue robado.
Las víctimas del demencial ataque fueron el dueño del establecimiento, Alcibiades Desiderio Ayala Coronel (71), su esposa Francisca Nidia Núñez de Ayala (71) y los nietos de ambos, de siete y diez años.
Las 87 cabezas de ganado que fueron robadas estaban a nombre de Cesareo Antonio Duarte Galeano, una persona con antecedentes por abigeato y quien es considerado como el que prestó su marca y gestionó las guías de traslado de los vacunos, realizó todas las gestiones y documentaciones para llevar de manera “legal” el lote que debía ser faenado en el frigorífico Athena Foods de la ciudad concepcionera de Belén.
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“El procedimiento fue así: la persona se acercó, él contaba con un stock, él vacunó los animales. Se acerca, hace todo el trámite y emite guía a su nombre. No emitió a nombre del ganadero fallecido, él emitió el documento a su nombre. No hay error en el procedimiento en ese momento”, sostuvo el presidente de Senacsa.
Martin explicó que, pese a que esta persona tenía antecedentes, no tenían una orden de inhabilitación de parte de las fuerzas de seguridad o del Ministerio Público. “Él estuvo comercializando, comprando ganado, en abril (...) Nosotros no recibimos informe del sector. Tenemos muchos propietarios que están bloqueados. Si recibimos, autorizamos (el bloqueo para transacciones)”, indicó.
Finalmente, reconoció que en Senacsa no existe una trazabilidad del ganado y que el único mercado que exige una trazabilidad previa es la Unión Europea. “No es por la culpa de Senacsa que haya habido cuatro personas fallecidas, (los asesinos) tuvieron tres días para marcar los animales. Fue el ensamblaje perfecto (...) Esos animales que recorrieron 576 km pasaron dos puestos de control antes de llegar al frigorífico. La misión era ver la marca dominante y los documentos. Esos documentos tenían 25 marcas”, concluyó.