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De las miles de “ harleys ” que se concentraron hoy en los aledaños de la plaza de San Pedro, solo 800 tuvieron “ el privilegio ” de aparcar en la Vía de la Conciliación, que une el Vaticano con Italia, para recibir allí la bendición del papa Francisco.
Las motocicletas “ privilegiadas ” , colocadas en batería, relucientes, con distintivos y banderolas de sus países de procedencia y todas con el adhesivo del escudo del Estado Vaticano, esperaron desde primera hora de la mañana la bendición de Bergoglio, que se produjo en torno a las diez de la mañana (08:00 GMT) .
A esa hora, Francisco, subido en el papamóvil y custodiado por agentes de la Gendarmería Vaticana salió de la plaza vaticana y embocó la Vía de la Conciliación, flanqueada por las 800 motos, las cuales, al paso del pontífice y en señal de respeto, comenzaron a acelerar y a emitir un rugido ensordecedor que eclipsó a la campanas de la basílica, que llamaban a misa.
El cortejo de motocicletas y el trasiego de peculiares moteros ataviados con los convencionales distintivos de los amantes de la casa de Milwaukee ofrecieron una visión diferente a la del resto de la plaza, donde unos 100.000 fieles -según datos del Vaticano- asistieron a la misa que el papa ofició en la jornada del Año de la Fe dedicada a la vida.
Concluida la misa y durante el Ángelus, Francisco tuvo palabras de afecto para los amantes de las “ harleys ” presentes.
“ Saludo a los numerosos participantes de la concentración motociclista Harley-Davidson y también a los del motoclub (italiano) Policía de Estado (nacional) ” , dijo Francisco en medio de los aplausos de los presentes, casi tan fuertes como el rugir de sus motos.
Con este acto en el Vaticano concluyó una concentración que ha durado tres días y que ha acogido a más de 30.000 moteros, según la organización, que ahora, en el viaje de vuelta, cabalgan una motocicleta de una casa que ya cuenta con 110 años en los que ha cambiado la vida a millones de personas de todo el mundo, la Harley-Davidson.