Esa cifra superó los 2,5 millones de yenes (22.800 dólares) desembolsados en 2014, la que había sido hasta ahora la más alta pagada por melones la última década en esta subasta, y es el doble de la puja desembolsada el año pasado, informaron medios locales.
Los dos melones de la variedad cantalupo, caracterizada por su pulpa de color naranja y sabor dulce, se subastaron en el mercado central de Sapporo, capital de la región, y fueron adquiridos por Yukimaru Konishi, de 36 años, el agente de un supermercado de la prefectura de Hyogo, en el oeste del archipiélago.
El supermercado ha vendido este tipo de melones durante bastante tiempo y ha ofrecido esta cantidad para “ contribuir a la economía de la localidad de Yubari ” , que hace 10 años llegó a declararse en bancarrota, explicó Konishi en declaraciones recogidas por el diario Asahi Konishi, quien añadió que las frutas se subastarán en Internet.
Se considera que estos melones tienen una calidad excepcional por haber disfrutado de una larga temporada de sol y por su forma redondeada gracias a un ritmo de crecimiento constante, y el buen clima que este año dotó en particular de un alto contenido en azúcar, según detalló el periódico.
En estas fechas es tradicional que en Japón se subasten los productos agrícolas que marcan el inicio de la temporada y cuyos primeros ejemplares, que alcanzan precios exorbitantes, se venden más con ánimo publicitario y simbólico que con afán lucrativo.