Una virgen María “lloró” en Uruguay al llegar la Navidad

MONTEVIDEO. Cuatro meses después de llegar a Montevideo desde Italia, a la imagen de la Virgen que da nombre a la parroquia María de Nazaret Reina de la Paz de Montevideo se le han escapado, aseguran habituales fieles del templo, varias lágrimas.

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De la escultura, ubicada en “el jardín de la virgen” de una iglesia que se halla en una de las avenidas más largas de la capital uruguaya, han saltado en las últimas tres semanas y “con cierta frecuencia”, varias gotas que algunos fieles y curiosos han interpretado como un “ fenómeno sobrenatural”.

Así lo apuntó a Efe el sacerdote encargado de la parroquia, Sebastián Pinazzo. “Sobre la imagen ha aparecido un líquido que desde el punto de vista técnico tendrá que ser analizado”, afirma.

El boca a boca de los habituales del templo y la red social WhatsApp puso el resto para que en los últimos días esta virgen María de 1,80 metros de alto, hecha con resina y fibra de vidrio y vestida de blanco y azul haya atraído a un particular peregrinaje dispuesto a contemplar con sus propios ojos el milagroso hallazgo.

“Yo he visto llorar a la madre de Dios desde el 4 de diciembre de este 2014”, relata convencida Ana María, una feligresa habitual de la parroquia para quien no se hacen necesarios análisis científicos. “Yo lo he visto llorar y eso me basta”, recalca.

La imagen, una réplica de la virgen de la localidad de Medjugorje, en Bosnia y Herzegovina, donde se dice se aparece desde hace tres décadas y se le atribuyen diferentes milagros, fue elaborada y decorada a mano por una familia de tradición artesana en Rímini (Italia).

Ana María, que asegura que no fue la única en contemplar el llanto, plasmó con fotografías las lágrimas que recalca vio primero salir por el ojo derecho y luego por los dos.

“Vine un día común y corriente y lo vi y por prudencia no dije nada, pero después mucha gente”, añade.

El hecho no es inédito en este país, laico por Constitución y tradicionalmente agnóstico, aunque mayoritariamente cristiano entre los creyentes, ya que en el año 2.000 varios fieles dijeron haber visto brotar lágrimas de los ojos de una virgen María en la ciudad uruguaya de Rosario.

“Yo lo que veo que le sale del ojo es como la huella que dejan las lágrimas y le llega hasta el mentón. Es como un reguero de lágrima, pero no se ve líquido”, apunta por su parte una de las curiosas visitantes del jardín parroquial atraídas por la noticia.

Así, Rosario Bianco, una experta en patrimonio religioso, afirma que aunque se tilda a Uruguay de ser un país que laico, realmente hay “muchísimos católicos y creyentes” y mucha fe en otras muchas religiones.

Entre los peregrinos que llegan a venerar a la virgen, hay quien se aventura a opinar sobre las razones por las que la Reina de la Paz pueda haber desprendido uno o varios sollozos.

“Creo en los milagros. Me han sucedido muchos. Pienso que el llanto se puede deber a un mensaje de nuestra reina madre de todas las desgracias que están sucediendo en el mundo, que son tantas”, cuenta Tomás, un ciudadano de Montevideo con raíces italianas.

Al respecto, para otra joven, acompañada de un grupo de amigas, “seguro que un científico puede dar varias explicaciones”, aunque reconoce ser creyente y cree lo que Ana María y otros feligreses dicen haber visto.

“Creo que la iglesia tiene que estudiar, pero después es cuestión de la fe de cada uno. Pueden ser muchísimas cosas. Yo te hablo desde mi fe y para mí está llorando”, opina la chica, para quien dicho “milagro” podría tener que ver la Navidad “o no”, pero solo ella -la virgen- y Dios saben la razón.

Recientes estudios sitúan a Uruguay como el país de América Latina con menor porcentaje de católicos, el 41 % -aunque sigue siendo la religión mayoritaria- y como el Estado con mayor tasa de ateos y agnósticos, el 38 % de los ciudadanos.

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