“Es curioso, nadie más hace pasteles en forma de caca. A la gente le gusta”, asegura Wilaiwan Mee-Nguen, al recibir a la AFP en su pequeña cocina, en la planta baja de su casa de los suburbios de Bangkok.
Las redes sociales han cimentado su popularidad, pues los internautas comparten las imágenes de sus muy realistas pasteles en forma de materia fecal. “A algunos les gusta, a otros no”, admite la pastelera, que revela los secretos de la receta de su masa, a base de gelatina y de leche de coco.
La AFP probó y constató la textura gelatinosa muy realista de este tipo de pastelería, sin duda menos sorprendente para un paladar asiático, acostumbrado a gelatinosos postres.
Wilaiwan, empleada de oficina de 30 años que comercializaba hasta ahora sus pasteles vía internet y de forma discreta, dice haber sido la primera sorprendida por esta súbita popularidad. Varias televisiones tailandesas la han entrevistado, así como medios extranjeros, en especial japoneses.
“Me sorprende, porque hago esto además de mi trabajo principal. Paso mis fines de semana y mi tiempo libre haciendo estas formas extrañas que nadie ha visto antes” explica.
Todo empezó hace algunos meses con la solicitud de un cliente “que buscaba un pastel con una forma inhabitual”. La pastelera hizo primero un molde en forma de perro, antes de añadir luego un molde en forma de caca de perro.
La mujer asegura que vende unos mil pasteles por mes en promedio, a 25 bahts cada uno (menos de 0,70 euros), bajo la marca “Wilaiwan”.