En 2011, Hu Chi-yang informó a su seguro que un ladrón le había cortado una de sus manos durante un viaje de negocios en la provincia china de Fujian y reclamó el pago de lo estipulado en su póliza. Las investigaciones en China y en Taiwán concluyeron que Hu había contratado el seguro, por valor de 30 millones de dólares taiwaneses (casi un millón de dólares), poco antes de autolesionarse.
En China, la policía local logró identificar a Hu como el comprador del cuchillo usado y encontró rastros de anestésicos en la sangre hallada en el lugar del suceso. Hu, que había sido condenado en primera instancia por fraude al cortarse la mano para cobrar el seguro en octubre de 2014 y sentenciado a diez meses de prisión, presentó un recurso ante el Tribunal Superior, que hoy confirmó la sentencia.