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Roger fue rescatado de la bolsa de la madre, que había muerto poco después del parto, por el personal del Santuario de Canguros y tiempo después inició una vida de entrenamientos que finalmente mejoraron su condición y lo ayudaron a sobrevivir.
Hoy Roger es un canguro que mide poco más de 2 metros, pesa 90 kgs. y es capaz de doblar un balde de metal con las manos, "uno de sus pasatiempos favoritos", según se menciona en la página del Facebook del Santuario de Canguros, que está preparando un documental sobre la vida en el lugar y que será estrenado en abril del próximo año.
Pero no solamente la dureza de los entrenamientos salvaron la vida a este canguro. También las caricias y abrazos que a diario recibe, por ser el consentido de quienes trabajan en el Santuario, hicieron más fuerte a Roger.
El canguro "fisicoculturista", quien gusta de pasear con un conejo de peluche, regalo de un visitante, mide alrededor de 2, 10 mts de altura y según afirmaciones de su entrenador, "seguirá creciendo aún un par de años más".