“El juez Asif Saeed Khosa, al frente de un tribunal de tres magistrados, sentenció que las pruebas presentadas contra el preso fueron insuficientes y que una pistola usada como evidencia no pertenecía al condenado”, dijo a Efe el portavoz del Supremo, Mohamed Ishtiaq.
Mazhar Farroq fue acusado del asesinato de un hombre en 1989 en una disputa por unos terrenos en la provincia del Punyab (este) y tres años más tarde fue sentenciado a muerte por un tribunal, sentencia ratificada por el Alto Tribunal de Lahore.
El condenado apeló esta última decisión en 2011 ante el Supremo, que ahora lo dejará en libertad, según informó la fuente.
Grupos de derechos humanos han criticado el sistema policial y judicial paquistaní por ser poco eficaces, lo que deviene en sentencias injustas e incluso ejecuciones de menores de edad o personas con discapacidades psíquicas.
El Tribunal Supremo paquistaní evalúa en estos momentos el estado mental de un condenado a muerte por asesinato y diagnosticado con esquizofrenia para decidir si lo ejecuta, tras establecer en octubre que ese mal “ no es una enfermedad mental permanente ” y no exime de la horca.
El país asiático levantó la moratoria que pesaba sobre la pena de muerte para los casos de terrorismo a fines de 2014, después del ataque talibán a una escuela en el que murieron 125 niños, y meses más tarde hizo extensiva la decisión al resto de los delitos.
Desde entonces, 425 personas han sido ahorcadas, según la ONG Comisión Nacional de Derechos Humanos de Pakistán.