La ballena, que sale a respirar a la superficie cada cuatro o cinco minutos, “fue vista por última vez alrededor de las 04:20 (07:30 GMT)” en el Río de la Plata, dijeron a Efe desde la Secretaría de Ambiente, que coordina el operativo para devolver el animal a aguas abiertas junto a la Fundación Cethus y la Prefectura Naval.
“Están rastrillando toda la zona para asegurarse que no ha ido río arriba. Hay la esperanza de que haya salido (al Atlántico) pero no lo sabemos”, agregaron las fuentes.
La bióloga Vanesa Reyes, de la Fundación Cethus, detalló que se trata de un ejemplar juvenil de ballena jorobada, de unos dos años y siete metros de longitud, que “está bastante flaco y tiene lesiones en la piel”. Las ballenas jorobadas, también conocidas como yubartas o gubartes, se alimentan de krill y necesitan del agua marina para vivir.
Sin embargo, de tratarse de un animal ya destetado, lo que no está confirmado, “puede pasar periodos prolongados sin alimentarse”, afirmó Reyes.
Aún así, la Fundación Cethus sospecha que su mal estado de salud fue el que motivó que se desviara unos 2.000 kilómetros de su ruta migratoria, que va desde la región antártica, donde se alimentan en el verano austral, hasta el sur de Brasil, su área de apareamiento en invierno.
Ante el riesgo de que el animal permanezca todavía atrapado en el Río de la Plata, la Prefectura argentina emitió hoy “un aviso a los navegantes para avanzar a mínima velocidad para evitar que puedan colisionar con la ballena”, según informó a Efe un portavoz de la entidad.
La ballena quedó atrapada en uno de los diques del elitista barrio argentino de Puerto Madero y congregó a cientos de curiosos hasta que a última hora del martes pudo ser conducida hacia la salida al río.
En 2012, una ballena estuvo nadando casi tres semanas en los ríos Uruguay y Paraná hasta que murió frente a las costas de la localidad bonaerense de Campana, presumiblemente debido a una intoxicación en su organismo derivada del nado en agua dulce.