“Inventé la mochila para que pudiéramos estar más tranquilos”, explica a la AFP Juan David Hernández en su natal Matamoros, Tamaulipas, fronterizo con Estados Unidos.
El equipo ideado por este niño, de grandes ojos negros y tan serio que casi parece un adulto cuando habla, lleva impresa en letras rojas la leyenda “Mochila de seguridad”. Pesa alrededor de 5 kilos, ya con los libros y cuadernos que habitualmente carga un estudiante de una escuela de enseñanza primaria.
Además de la placa de acero para detener los proyectiles, incluye una alarma de emergencia y un cargador de teléfono móvil. “Me tardé una semana en hacer la mochila”, dice Hernández, que en dos ocasiones ha tenido que tirarse aterrorizado al piso en su aula por balaceras desatadas afuera.
“No sabes cuándo te va a tocar una bala perdida o cuándo vas a estar en fuego cruzado, por eso me enfoqué en diseñar algo que pudiera protegerme y proteger a los estudiantes de tanta balacera”, ha reflexionado.
El innovador Juan David calcula que la mochila tendrá un costo de entre 48 y 72 dólares y ha hecho llamados al gobierno mexicano para que se subsidie su producción y se distribuya entre los niños más pobres del país, que son justamente los que viven en las zonas más peligrosas.
Más de 170.000 personas han muerto asesinadas desde que el gobierno lanzó un combate militar contra el narcotráfico en 2006, según cifras oficiales.
La madre de Juan David, Olga Edith Rojas, de menos de 30 años, explica cómo se concretizó el invento: “Se la propuso a su padre que trabaja como ingeniero en electrónica y entre los dos le ayudamos a hacerla, y hasta los maestros; somos un equipo”.
Él quiere que “niños de todo el país puedan utilizar (la mochila) para tener mayor seguridad”. Su propuesta incluye instrucciones básicas: en caso de balacera, y ya pecho en tierra, poner la mochila delante de la cabeza como escudo. Y es que la violencia puede surgir cuando menos te lo esperas. Por de pronto, él nunca sale solo a la calle a jugar, su madre siempre está a unos pasos.
En el año que Juan David nació, la tasa de homicidios en Tamaulipas por cada 100.000 habitantes fue de 346, pero llegó a alcanzar los 1.016 en 2011, y aunque el año pasado se redujo a la mitad, la curva de la violencia va ascendiendo de nuevo, según cifras oficiales.
Los alumnos de las zonas más peligrosas de México no se exponen sólo a que una bala pérdida los alcance. En Guerrero (sur), otro de los estados más violentos del país, soldados y policías han tenido que custodiar escuelas porque los maestros y directores han sido víctimas de amenazas de muerte de narcotraficantes.
Juan David quedó segundo en el Concurso Estatal de Ciencia y confía en participar en otro certamen nacional.