Al concluir la prueba, el monje Kogen Kamahori salió caminando, aunque asistido por dos personas, del recinto del sagrado Monte Hiei (oeste de Japón) en el que se recluyó los nueve días, informaron medios locales. Unos 600 fieles lo recibieron a la salida para felicitarlo por su hazaña.
Kamahori ha completado con éxito este ayuno que se conoce como “doiri”, que a su vez es la prueba más dura dentro del “kaihogyo”, un periodo de 1.000 días de entrenamiento ascético con el que se pretende alcanzar la iluminación.
Para someterse al “doiri”, el monje debe antes haber completado, a lo largo de cinco años, 700 días de caminatas en el monte de entre 30 y 40 kilómetros diarios.
Durante el “doiri”, además de no comer, beber ni dormir, el monje tampoco puede tumbarse, y durante las 182 horas que dura el rito debe recitar diferentes sutras 100.000 veces. Dos monjes le acompañan en todo momento durante los nueve días para que el monje, que al realizar esta prueba debe “encarar la muerte”, no se duerma.
Originalmente el “doiri” duraba diez días pero fue acortado para evitar el fallecimiento de aquellos que lo realizaban.
El “kaihogyo” es practicado por la escuela japonesa Tendai, fundada sobre el monte Hiei en torno al siglo IX. Sus 1.000 días de duración deben repartirse a lo largo de unos siete años y se cree que menos de 50 personas lo han completado desde el siglo XIX.
Kogen Kamahori comenzó su “kaihogyo” en marzo de 2011 y tiene previsto consumarlo en septiembre de 2017.