La tradición del Halloween

La amalgama de una celebración pagana celta y una cristiana dieron como resultado una costumbre que se sigue expandiendo desde Norteamérica al resto del mundo.

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La influencia de la televisión y el cine ha venido popularizando desde hace décadas la celebración de Halloween, que tiene como principal actividad (en los Estados Unidos y algunos otros lugares) la salida de los niños en la noche del 31, ataviados con disfraces, para ir de puerta en puerta pidiendo golosinas.

Como la Navidad, la Pascua y otras festividades, el Halloween o Día de Brujas cuenta con un símbolo reconocible casi en todo el mundo: el jack-o'-lantern, la famosa calabaza a la que se le dan ojos, boca y se coloca una luz dentro.

Sin embargo, la festividad no tiene sus orígenes en los Estados Unidos. Al igual que muchas otras festividades actuales, el Halloween en su forma contemporánea es una mezcla de tradiciones religiosas cristianas y antiguas celebraciones paganas, diluidas a través de los siglos.

No pocos historiadores consideran que los orígenes del Halloween se hallan en los tiempos del Imperio Romano, en las fiestas en honor a Pomona, diosa romana de las frutas y las semillas, y en el festival de los muertos llamado Parentalia. Sin embargo, la teoría más comunmente aceptada es que en realidad tiene sus orígenes en el antiguo festival celta conocido como Samhain.

Samhain (cuya traducción más precisa sería "fin del verano") marcaba el fin de la época de cosechas para los celtas, la transición de la "época iluminada" del año a la "epoca oscura", y algunos eruditos opinan que se trataba además del Día de Año Nuevo para aquella cultura asentada en Europa.

Los celtas eran de la creencia de que en la fecha del Samhain, la brecha que separaba al mundo de los vivos del de los muertos se hacía más estrecha que en cualquier otro día del año, permitiendo que los espíritus pudieran pasar de su mundo al nuestro, por lo que los celtas vestían máscaras y disfraces para imitar y complacer a estos espíritus que, según creían, podían ser tanto inofensivos como dañinos.

Para ahuyentar a los espíritus dañinos se utilizaban "samhnag", nabos ahuecados dentro de los cuales se colocaban velas, obviamente precursores de las actuales lámparas de calabaza.

La palabra Halloween surge recién el siglo XVI como una variante escocesa de "All Hallows Eve" (Víspera de Todos los Santos), la festividad cristiana celebrada el 1 de noviembre en la cual, de acuerdo a la doctrina de la Iglesia, se establece una comunión especial con las personas que se encuentran en el Purgatorio o el Cielo.

Muy similar en concepto al Samhain, la celebración acabó asimilando de forma gradual algunos de los elementos de la celebración celta, más notoriamente la de los disfraces y los “samhnag”, que fue alterado en Norteamérica reemplazando los nabos por calabazas, ya que estas eran abundantes allí y su tamaño mucho mayor las hacía más fáciles de tallar.

Eventualmente, el Halloween acabó siendo asociado a elementos de la cultura popular como novelas y relatos de terror, y finalmente con el cine.

El "trick or treat" -la procesión de niños disfrazados de casa en casa para pedir golosinas- se popularizó en los Estados Unidos a inicios del siglo XX.

En Latinoamérica, el Halloween -en la forma en que se celebra en Norteamérica- ha venido ganando popularidad de manera creciente debido a la influencia del cine y la televisión norteamericana.

En nuestro país es cada vez más común ver a personas acudir a fiestas de Halloween con distintos disfraces, aunque la costumbre del "trick or treat" es inexistente.

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