La religión de los “zombies indignados” se extiende en Eslovenia

ZAGREB. “No hurtarás, ya que el Estado no quiere tener competidores”. Así reza uno de los mandamientos de la Iglesia Zombie Trans-universal del Dichoso Campaneo.

Se trata de un movimiento que nació en protesta contra la corrupción y la crisis, y que ahora es una religión reconocida oficialmente con 10.000 fieles en Eslovenia.

Cada miércoles por la tarde, los feligreses se congregan ante el Templo de la Corrupción y del Pecado original, el Parlamento, para practicar su rito.

“Y al noveno día la Campana creó al Trabajador Sin Derechos, y al décimo día dijo: 'Vayan ante el Templo de la Corrupción y el Pecado original y toquen campanas. Bong'” es la convocatoria del Santo Libro de esta confesión y que sus seguidores siguen al pie de la letra.

Varias decenas de personas se concentran así ante el Legislativo, tocan cencerros, golpean sartenes y ollas, y leen pasajes de sus sagradas escrituras.

“Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Parlamento”, es otro de los preceptos de la Iglesia Zombie.

“La mayoría de los fieles éramos manifestantes que nos conocimos en las protestas”, explica Rok Gros, sumo sacerdote de la iglesia y guardián de la Olla y la Sartén.

Todo comenzó en 2012, en las mayores manifestaciones celebradas en Eslovenia en dos décadas, y que se dirigían contra la corrupción. Gros cuenta que la referencia a los muertos vivientes “se debe a que la autoridad secular tachó en aquel entonces a los manifestantes de zombies”.

Quien usó ese término fue el entonces primer ministro esloveno, el conservador Janez Jansa, que poco después tuvo que dimitir y en 2013 fue condenado a dos años de cárcel por corrupción.

En la época de estas protestas, en 2012 y 2013, Eslovenia estaba inmersa en una grave crisis económica y pendiente de la posibilidad de tener que pedir un rescate financiero, al mismo tiempo que proliferaban los escándalos de corrupción.

Aunque en los últimos doce meses el país viene mostrando datos económicos positivos y hoy tiene un nuevo Gobierno de centro izquierda, la corrupción ha dejado graves consecuencias y está muy lejos de estar erradicada, aseguran los “zombies”. De hecho, Gros dice que siguen llegando fieles y que espera que en 2015 alcanzarán la cifra de 15.000 feligreses, lo que colocará a este culto como el cuarto más grande del país.

En 2014 la Iglesia zombie quedó inscrita en el registro oficial de comunidades religiosas de Eslovenia y fue publicado su Santo Libro, una escritura muy popular. “El año pasado fue publicada la edición impresa de nuestro libro santo, que actualmente es el libro mejor vendido de la editorial”, dice Gros.

Gros niega que su iglesia sea una burla de otras religiones y asegura que tiene muchísimas cosas en común con otras comunidades confesionales. “Tenemos santa misa, bodas por la iglesia, misas de difuntos, recolectamos ayuda para los necesitados, hacemos santos peregrinajes, ofrecemos cuidado a nuestros fieles en instituciones de cumplimiento de penas, en los hospitales”, enumera.

Esperan obtener permiso de las autoridades para poder organizar actividades religiosas también en la Policía y el Ejército, tal como otras iglesias. Los fieles “zombies” presumen de ser más tolerantes y modernos que otras religiones.

“Uno de los fundamentos de nuestra fe es que no discriminamos. Un feligrés de nuestra iglesia puede serlo al mismo tiempo de cualquier otra”, cuenta su sumo sacerdote. Las bodas religiosas incluyen en esta religión también a los matrimonios homosexuales, mientras que también se practica el “divorcio por iglesia”.

Se trata de “una de las primeras religiones digitales en Eslovenia”, ya que por Facebook pueden practicarse los ritos y se desenvuelve buena parte de la comunicación religiosa. La religión tiene adeptos en la vecina Croacia y pretende extenderse a todo el mundo.

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