“Llevaba mucho tiempo pensando en deshacerme de ella en cualquier momento”, reveló el japonés, de 57 años, en declaraciones recogidas hoy por la agencia Kyodo.
Tras avisar sobre la pertenencia de la bomba a las autoridades locales, una unidad de las Fuerzas de Autodefensa procedió ayer a evacuar a cerca de 20 viviendas del vecindario y a retirar el proyectil, en una operación que se prolongó durante cerca de tres horas y media.
“La trajo a casa un familiar tras regresar de una zona en la que se libró la guerra”, añadió el japonés, que confirmó que durante estos 20 años a veces usaba la bomba para decorar su dormitorio y otras la guardaba en una bodega.
Cuando los militares llegaron a la casa del japonés, la bomba, de unos 28 centímetros de largo por 7 centímetros de ancho, se encontraba en la puerta de su vivienda.
Tras recuperarla, las Fuerzas de Autodefensa procederán ahora a detonar el artefacto, tal y como marca el protocolo, mientras no se descarta que pudiera haber pertenecido al Ejército Imperial Japonés durante el periodo de la II Guerra Mundial.