La nueva normativa, de la que da cuenta la prensa local, fue comunicada a las azafatas el domingo y éstas han decidido boicotearla por la incomodidad y el daño físico que pueda ocasionarles. “Hace unos años los tacones fueron prohibidos por razones de seguridad. ¿De repente, la seguridad ya no es importante?”, se queja una azafata en declaraciones al diario Yediot Aharonot, al asegurar que ni ella ni sus compañeras han secundado la ordenanza, que está siendo objeto de una dura batalla sindical en el seno de la compañía.
Fuentes de la empresa explicaron que la medida es aplicable únicamente antes del despegue -en el momento de recibir a los pasajeros- como es costumbre en otras aerolíneas. Lo que no esperaba la dirección es que a la revuelta se sumaran numerosos sobrecargos que están eximiendo a sus azafatas de cumplir la orden y, desde hoy, numerosos asistentes de vuelo varones que han comenzado a llegar a los vuelos con tacones, en una muestra de solidaridad con ellas.
La orden la impusieron el director general de la compañía, David Maimón, un excoronel de la Fuerza Aérea, y la subdirectora general de servicios al cliente, Yehudit Grisaro, también ex alto mando del Ejército. “La compañía está dirigida por militares del Ejército y así es como llevan las cosas. Se creen que están en una base militar y dan órdenes que muchas veces son inaplicables”, se quejó un asistente de vuelo al secundar la protesta de sus compañeras.