Así lo informó hoy el Gobierno del país austral.
Los artistas colocaron allí el animal a modo de firma, como “una pequeña marca de su trabajo”, después de que el Gobierno, que les encargó la obra, les prohibiera estampar su firma en los pantalones de la estatua, esculpida también en bronce.
“Aceptamos su disculpa y que sus intenciones fueron buenas”, dijo en un comunicado el portavoz del ministerio de Artes y Cultura, Josias Pila, que calificó de “desafortunado” que los escultores no comunicaran el añadido del detalle al Gobierno.
Los artistas, los sudafricanos Andre Prinsloo y Ruhan Janse van Vuuren, explicaron al diario local Beeld que la representación del conejo era también una alegoría lingüística, ya que la palabra “haas” significa en lengua afrikaans “conejo” y “prisa” a un tiempo.
“El tiempo fue un gran factor, y hubo momentos en que tuvimos que trabajar muy duro”, afirmó al periódico Prinsloo, que agregó en su descargo que, para verlo, “se necesitan prismáticos”.
“Mucha gente vio la estatua de cerca y nadie notó nada”, indicó el artista de esta obra de nueve metros de altura.
La estatua de Nelson Mandela fue inaugurada frente a la sede gubernamental de Pretoria el pasado 16 de diciembre, un día después del funeral del expresidente, que falleció el 5 de diciembre a los 95 años.