El festival, que durará unos tres meses, celebra su edición número 28 y espera atraer como en años anteriores a millones de turistas a la ciudad, una antigua colonia rusa famosa por sus iglesias ortodoxas y su casco antiguo de inspiración europea.
El principal atractivo este año es el mencionado castillo, construido con elementos góticos y barrocos por 160 personas que usaron 35.000 metros cúbicos de hielo.
El edificio, que además de ser el más alto es el más grande de la historia modelado con nieve (ocupa 2.800 metros cuadrados) se encuentra en la Isla del Sol, donde los visitantes también podrán comer en restaurantes o admirar una réplica de la estación de ferrocarril local también edificados con agua helada.
Durante el festival se organizan masivas bodas en grupo sobre hielo, pruebas de natación a temperaturas próximas a los 30 grados bajo cero y competiciones de escultura en nieve.