Los trabajadores de la empresa de paquetería “detectaron, a través de una cámara de Rayos X (...) en el interior de dos osos de peluche dos cráneos y diversos restos óseos que por sus características tenían poco tiempo de haber sido exhumados”, informó el organismo en un comunicado.
El paquete tenía los datos del remitente, un mexicano que reconoció ante las autoridades policiacas que “aceptó haber adquirido osamentas humanas” en un popular mercado del centro de Ciudad de México.
El detenido expuso en su declaración judicial que los restos humanos “son demandados por personas que se dedican a la santería” en el extranjero, concluyó la fiscalía sin informar cuál pretendía ser el destino de los osos de peluche.