La aplicación forma parte de las medidas adoptadas por la ciudad de Izumisano, situada en la prefectura de Osaka, en el centro de Japón, contra estos excrementos, y ha tenido un coste de 3,9 millones de yenes (28.700 euros/32.500 dólares), informó hoy le diario Asahi.
El gobierno local quiere que si algún residente o trabajador del lugar divisa un excremento, cuelguen una fotografía a través de la “app” y hagan un comentario al respecto. Cuando se carga la foto, la aplicación también envía la ubicación obtenido del GPS del teléfono inteligente para crear un mapa en línea con diversos colores.
“No vamos a recogerlas inmediatamente”, advirtió un funcionario de la sección medioambiental y sanitaria de la ciudad al periódico. No obstante, tras una serie de publicaciones, las áreas con gran cantidad de heces de perro aparecerán en el mapa para concienciar del problema y ayudar a revisar las rutas de los “G-men (hombres G)”, el grupo de trabajadores del ayuntamiento encargado de retirar los excrementos.
La ciudad, de unos 100.000 habitantes, ya trató de lidiar anteriormente con la presencia de heces de can en la vía pública colocando tarjetas amarillas en los “sitios ofensivos” e imponiendo multas. Además de información sobre las deposiciones sin recoger, los usuarios pueden enviar a través de la aplicación información sobre calles y carreteras que necesitan repararse e informes sobre daños por desastres.