“El señor Yorvanky Pérez de Piña salió esta mañana con destino a su país de origen (Cuba). El señor no fue deportado, sino rechazado”, dijo a la AFP la encargada de prensa de la Dirección General de Migración, Heidy Bonilla.
Pérez, de 35 años y casado con una costarricense, arribó al aeropuerto internacional Juan Santamaría el 24 de abril pasado, pero las autoridades de Migración determinaron que sus documentos eran falsos y le negaron el ingreso.
Por esa razón no pudo salir del aeropuerto y, durante 34 días, deambuló por los pasillos y salones de la terminal aérea en condiciones precarias, según denunció su esposa, Yorleny Marín, a la espera de que se le autorizara el ingreso.
Pérez, quien argumentó ser activista por los derechos humanos en su país, planteó una solicitud de asilo político que fue rechazada el jueves por la Cancillería.
Ante la inminente expulsión, Pérez se untó en el cuerpo su propio excremento con lo cual esperaba no ser llevado por la fuerza, pero de todas maneras los agentes de Migración lo subieron a un avión con destino a La Habana, según confirmó a la prensa el abogado del cubano, Eduardo Flores.
Marín explicó que Pérez había viajado a Cuba para visitar a su familia y que, de regreso a San José, se le impidió el ingreso.
“No sé qué va a pasar cuando (él) llegue a Cuba”, manifestó la mujer, quien dijo temer que su esposo sea víctima de represalias.