“En Chile el desnudo es un tabú, por lo que esta obra es una excusa para debatir y hablar sobre la cuestión”, afirmó hoy a Efe el director de la obra, Cristian Sanhueza, quien, seis meses después de su estreno, vuelve a llevar la comedia al Teatro la Olla.
A diferencia de las representaciones del invierno pasado, cuando se estrenó en la sala Teatro la Olla, en esta ocasión el desnudo de todos los asistentes es un requisito obligatorio de entrada.
“Desnudos al natural”, adaptación de la ópera prima del Dramaturgo venezolano José Vicente Díaz Rojas, relata la historia de dos hermanos que, tras un tiempo de distanciamiento, se reencuentran para decidir el futuro de una particular herencia: una playa nudista.
Una temática que requiere la desnudez de los actores y les obliga a sentir cómodos sus cuerpos sin necesidad de elementos que los cubran o los escondan.
A diferencia de la temporada pasada, esta vez el público debe desnudarse obligatoriamente antes de entrar en la sala y dejar sus pertenencias en un guardarropa.
“Es muy interesante ver el cambio de comportamiento de los asistentes al despojarse de la ropa”, explicó Sanhueza que aseguró que una vez desnudos, los espectadores abandonan su timidez y empiezan a hablar los unos con los otros.
“Se nota que la gente tiene ansias por desnudarse” comentó otra de las actrices principales, Celeste Fernández, quien calificó de “fiesta” el ambiente que se vivió en las sesiones de los días jueves el pasado marzo, en las que se requería al público que se desnudara; los demás días de la semana no era obligatorio desvestirse.
A parte de conseguir una mayor empatía con la historia que se está relatando, el desnudo del público convierte la obra en una experiencia comunitaria de liberación, abandono del pudor y de los prejuicios, según Sanhueza.
“En este país aún hay muchos prejuicios con el cuerpo”, señala uno de los actores, Gerald Hawliezek, quien añade que la obra ofrece la oportunidad de que el público se sienta cómodo con su cuerpo.
Y es que, lejos de ceñirse a los cánones de la belleza occidental, la obra quiere mostrar “distintos tipos de cuerpos para que la gente pueda sentirse identificados con ellos y aprenda a aceptar su propio físico”, destaca una de las actrices, Camila Lushinger.
“A pesar de lo que vemos en la televisión, en Chile hay una gran diversidad de cuerpos distintos y todos pueden ser bellos”, subrayó la actriz.
Encontrar actores que estuvieran dispuestos a actuar sin ropa durante todo el transcurso de la obra no fue una tarea fácil para el director, sin embargo, el elenco al completo reconoce que esta experiencia les ha hecho crecer profesionalmente, pues requiere que pongan mucho más énfasis en la actuación.
Por muy atrevida que parezca la propuesta, Sanhueza está convencido que contará con un gran éxito de convocatoria, pues en las representaciones del verano pasado la sala se completaba sólo los días en los que el desnudo del público era obligatorio.
Representada en Colombia, Venezuela, Argentina y México, la obra, que se podrá ver todos los jueves del mes de noviembre, es la primera que requiere el desnudo de los asistentes.