Collares con cenizas de gato y anillos con las de perro

WASHINGTON. Las mascotas fallecidas en Estados Unidos podrán acompañar a sus dueños “de por vida” gracias a una moda en auge en el país que ofrece la posibilidad de convertir las cenizas de perros, gatos y otras mascotas en sortijas y colgantes.

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“La joyería de incineración es la mejor manera para que las cenizas de aquellos a quienes queremos permanezcan siempre en nuestro corazón”, explicó Mark Hamilton, joyero y fundador de Psyche Cremation Jewelry, una empresa con sede en Oregón, desde donde elabora reliquias de mascotas para todo el país.

“Cuando los restos de los animales son transformados en joyas, cada una con su propio diseño y particularidades, se convierten en una obra de arte”, aseguró el joven artista, quien garantiza al 100 % a sus clientes que él en persona se encargará de todo el proceso.

“Hay muchas empresas en este país que se dedican a la joyería de incineración de forma casi industrial. Yo creo que cuando la gente hace esto es porque busca algo especial, algo único y hecho a mano, no producido en serie por una máquina”, afirmó Hamilton.

Para elaborar un colgante, de aproximadamente unos 2 centímetros y medio de diámetro, Hamilton mezcla los restos de las mascotas con silicato de boro -un componente de vidrios muy usado, por ejemplo, en instrumentos ópticos-, lo que genera multitud de pequeñas burbujas de dióxido de carbono en el interior del cristal.

“Los tamaños y el estampado que dibujan las burbujas no se puede controlar, puesto que se trata de una reacción orgánica al fusionar el vidrio y las cenizas, lo que garantiza que jamás habrá dos piezas iguales, sino que cada una será única y especial”, abundó el artista.

Psyche Cremation Jewelry es una de las muchas empresas en EEUU que se dedica a esta práctica. Son, en su mayoría, compañías que ya ofrecían el servicio para restos humanos y que, con el tiempo, han ampliado el abanico para las mascotas, aunque también las hay dedicadas exclusivamente a los animales.

Ese es el caso de Pet-Gems, una compañía familiar con sede en el estado de Rhode Island que crea las joyas a partir del mineral de circonio, al que añaden una pequeña porción de los restos incinerados de la mascota para obtener gemas de los colores más variados, desde azul “aguamarina” hasta naranja “melocotón”.

“No tengo mucha idea de joyería ni del precio que tienen las piedras preciosas, pero hay una de valor incalculable para mí: Mi anillo hecho a partir de las cenizas de Tiger, mi gatito, y Brady, mi conejito”, escribe en la página de Facebook de Pet-Gems la clienta Shelley Schniepp.

“Cada día contemplo mi precioso anillo. Es el homenaje que mi perro Boone se merecía después de quince años juntos. Gracias”, dice Karin Caroline.

Un colgante en Psyche Cremation Jewelry, la pequeña empresa del artista Mark Hamilton, cuesta entre 70 y 100 dólares, y el proceso de elaboración tarda unas tres semanas, desde que Hamilton recibe por correo un pequeño recipiente con los restos del animal hasta que manda la pieza ya terminada a través de una compañía de mensajería.

“Elegí Psyche como nombre para mi negocio porque es el término griego para referirse al alma, a aquél elemento que sigue vivo incluso después de abandonar el cuerpo. Creamos piezas de arte que permiten seguir sintiendo la presencia de los seres queridos una vez fallecidos”, concluyó el joyero.

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