Los burros eran empleados en el servicio municipal de recogida de basura, cansados tras 8-9 años de duro trabajo.
La estructura de la ciudad vieja de Mardin, compuesta por un laberinto de callejuelas y escaleras, no permite la entrada de vehículos, por lo que la limpieza urbana se realiza con una cuadrilla de cuarenta burros, que transportan las cajas de desperdicios.
Los expertos determinaron que tres de los animales ya no estaban en condiciones de seguir trabajando, y el Ayuntamiento organizó para ellos una ceremonia pública de jubilación, informa la agencia semipública turca Anadolu.
Los animales fueron agasajados con un gran plato de fruta y verdura, además de recibir una cinta roja, al tiempo que sonaba música de Mozart y Beethoven.
El director del servicio municipal de limpieza, Kadri Toparli, explicó a Anadolu que los burros, que son comprados para el servicio cuando tienen entre 5 y 6 años, habían trabajado unos ocho o nueve años y ya no estaban en condiciones de continuar.
A la pregunta de los periodistas de si se les pagaría una renta, Toparli aseveró que los asnos continuarían viviendo, ya sin obligación alguna, en el refugio de animales municipal, con todas las necesidades cubiertas.