El oso reside en el zoológico de Mendoza, a unos 1.000 kilómetros al oeste de Buenos Aires, donde el pasado lunes se alcanzaron los 39 grados centígrados de temperatura y hoy está previsto que se llegue a los 35, de acuerdo a los datos del Servicio Meteorológico Nacional.
La situación del animal causa más preocupación tras la muerte del otro oso polar argentino, Winner, que falleció en el zoo de Buenos Aires en la Nochebuena de 2012 por hipertermia -exceso de calor- y el estrés producido por el ruido de la pirotecnia, usada tradicionalmente para celebrar la Navidad.
La asociación de defensa animal EcoLógicos Unidos denunció a través de un comunicado que el oso “está muy mal”, ya que acostumbrado a vivir en las áreas polares del norte de Europa, Asia y América, “está sufriendo” por las elevadas temperaturas del verano argentino.
Los cortes de luz que sufre el país desde el comienzo de la ola de calor provocaron hoy además la muerte de 1.500 peces en un acuario porteño por falta de oxígeno, informaron también medios locales.