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El enigmático paquete, conservado en un edificio municipal, el museo Gudbrandsdal, tenía una misteriosa inscripción: “Podrá abrirse en 2012” y era el único requisito que impuso el difunto alcalde.
Desde entonces y hasta hoy, muchas han sido las teorías sobre su contenido e incluso los niños de la escuela fueron invitados a adivinar el contenido, sin embargo, ha sido el cuidador del museo el que más cerca se ha quedado: “Al manejar el paquete, por su peso, me da la impresión de que son papeles, documentos quizás”, comentó Kjell Voldheim, publica el portal de noticias Yahoo.
En el interior del paquete había recibos, documentos, recortes de periódico, cartas, alguna imagen o incluso prendas de ropa como estolas y bandas han visto la luz un siglo después, aunque aún se desconoce el valor de todos los objetos aparecidos, que serán sometidos a un estudio más profundo.
Fin del misterio para este paquete centenario que ha creado una gran expectación no solo en Noruega sino en todo el mundo, y cuya apertura ha podido seguirse en directo.