A orillas del Támesis, el nuevo teatro emula los espacios interiores en los que se hacían representaciones en invierno en Londres durante el reinado de Jacobo I (1556-1625) y acogerá la programación de The Globe -que solo está en funcionamiento en primavera y verano- durante los meses fríos del año.
La tragedia “La duquesa de Amalfi”, del dramaturgo inglés John Webster (1580-1634), sobre una figura de la que también escribió Lope de Vega en el siglo de oro español, será la primera obra en llenar el escenario del Sam Wanamaker.
Se trata de un teatro peculiar, un arquetipo de las salas interiores jacobinas, inspirado en un antiguo plano de un auditorio diseñado por un discípulo del arquitecto británico Inigo Jones, que solo se ilumina con velas, está revestido de madera de roble y pintado de verde y gris con remates dorados.
Las velas, utilizadas en las primeras salas de teatro interiores y que causaron probablemente la división de las obras teatrales en actos para poder recortarlas en los descansos, recrean una atmósfera especial.
Esas condiciones, junto a que la sala no cuenta con muchas localidades, harán que el estreno de hoy sea un experimento” para los actores, según la actriz Gemma Arterton, que interpreta a la protagonista.
“Vamos a ser nosotros mismos los técnicos de iluminación en cierto modo, porque llevamos nosotros las velas por el escenario”, explicó.
El teatro lleva el nombre del actor y director estadounidense Sam Wanamaker, quien promovió la reconstrucción de The Globe -abierto al público de nuevo en 1997 tras su demolición en 1644- y tuvo la idea de recrear dos salas complementarias como lo eran en los albores del siglo XVII ese teatro exterior y la sala Blackfriars.
Su apertura coincide con el año en que se celebra el aniversario del nacimiento de William Shakespeare (1564-1616) , fundador de The Globe en 1599 en el que mostró por primera vez joyas de su dramaturgia como “Hamlet”, “Otelo”, “Macbeth” o la tragedia de amor más famosa de todos los tiempos: “Romeo y Julieta” .