El vuelo llevaba a 47 personas y cubría el trayecto doméstico entre Birmingham y Belfast el 12 de febrero. Al llegar al aeropuerto norirlandés, cuando estaba aterrizando, el brazo se soltó del piloto y éste tuvo que hacer la maniobra con un solo brazo, según el informe del organismo británico que investiga accidentes aéreos.
Eso hizo que el aparato diera “un bote” al tocar suelo pero nadie resultó herido y el avión completó el aterrizaje sin problemas. Flybe se congratuló de no discriminar a sus empleados. Ian Baston, director de operaciones de vuelo y seguridad de la firma, aseguró que “el veterano capitán al que se refieren en el informe es uno de los pilotos más experimentados y dignos de confianza” de Flybe.
“La aerolínea confirma que en ningún momento la seguridad de los pasajeros y la tripulación estuvo comprometida y que el aparato no sufrió daños”, agregó. El capitán que protagonizó el incidente, de 46 años, se comprometió a ser más cuidadoso asegurándose de que su brazo ortopédico está bien fijado y a explicar a sus copilotos qué hacer en caso de que algo similar vuelva a ocurrir.