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En 1767 el Rey Carlos III daba fin a 150 años de presencia jesuítica en la Provincia del Paraguay.
En los más de 150 años de permanencia, los seguidores de Ignacio de Loyola fundaron cerca de 60 pueblos en tierras que actualmente pertenecen a Paraguay, Brasil y Argentina.
Los Jesuitas ayudaron a la enseñanza de la religión, el arte y las ciencias entre los indígenas, además de ayudar a la protección de los nativos de la salvaje explotación por parte de españoles y bandeirantes.
El P. Guillermo Furlong, en su libro “Misiones y sus pueblos de Guaraníes”, escribiría: “En ese felicísimo reino la vida era poesía y música, porque se vivía en esta vida temporal en función de la vida de ultratumba”.
“Era el Imperio de la poesía y era el Imperio de la música, ya que esto impregnaba de armonía la existencia toda de aquellos Felicianos (guaraníes). Estos no eran felices por la posesión de muchos bienes, sino por el modo de gozarlos, por la buena administración de lo que tenían”, agrega.
El presente especial multimedia tiene como fin acercar a los lectores una breve reseña sobre la aventura de las Reducciones y su legado cultural e histórico al Paraguay.