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Además, ese cercado debe tener una profundidad bajo el suelo de unos 25 centímetros para que las tortugas no puedan romperlo.
Como material sirven placas de hormigón o empalizadas de madera. Los barrotes de alambre o los enrejados de ese material no son apropiados porque los animales pueden herirse entre los dedos cuando caminan junto al cercado.
Adicionalmente, la instalación debe estar asegurada desde arriba con una tela metálica para que las aves grandes no encuentren en las tortugas presas fáciles.