¿Solo en casa? Cómo enseñar al perro a estar horas sin nosotros

Freddy es un pastor ovejero australiano (shepherd australiano). La familia Völker deja al perro solo unas seis horas diarias. "No ladra y tampoco hace nada en ese tiempo", cuenta Michelle, la hija.

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Los vecinos no escuchan jamás al animal. Michelle, de 15 años, explica que duerme hasta que uno de ellos regresa a casa y lo saca de su soledad.

"Cuando uno de nosotros abre la puerta, se estira adormilado", indica. Y entonces el animal, que tiene cuatro años, comienza a mover la cola de alegría y espera a que lo saquen a dar un paseo.

Aparentemente, Freddy lleva bien estar solo regularmente. Para la mayoría de los dueños de perros es algo importante que tienen en cuenta cuando buscan un perro, ya que no pueden estar pendiente de él las 24 horas del día.

"Con muy pocas excepciones, todos los perros pueden aprender a estar solos unas horas al día en casa", cuenta Anne Rosengrün, de la escuela canina Sanny's Dogwalker, en la ciudad alemana de Núremberg.

No obstante, no todos los perros tardan el mismo tiempo en aprenderlo. Esto depende de diversos factores.

"Hay razas que fueron seleccionadas para convivir estrechamente con las personas", explica Katrin Heimsath, experta alemana. Estos son animales que necesitan más tiempo para ello. Y hay razas que fueron criadas para ser independientes.

También la edad es un factor que influye en el proceso. Los animales más jóvenes aprenden por lo general más rápido que los mayores. "Lo ideal es comenzar poco a poco con el entrenamiento cuando los perros tienen tres meses", aconseja Rosengrün. Pero también los perros adultos lo consiguen con el tiempo.

Las experiencias previas del animal juegan también un papel. "Un animal con una historia difícil a sus espaldas no debe quedarse solo en casa al principio", explica Heimsath.

Es lo que ocurre con Shadow. Este lhasa apso de pelo corto lleva viviendo 18 meses con su nueva dueña. Antes fue pasando de unos a otros después de que muriera su dueño y acabó en el albergue de animales. Lo que ocurrió en cada una de sus distintas estancias nadie lo sabe. Pero el hecho es que no soporta estar solo, tampoco un momento.

"En cuanto pasa unos minutos solo, entra en pánico", cuenta su dueña. Cuando hizo los primeros intentos para acostumbrarlo a sus ausencias, Shadow casi destrozó la casa. "Arañaba y mordía las puertas de la cocina hasta que le sangraban las patas", recuerda la dueña.

Entonces decidió contratar a un cuidador de perros. Y ahora, cuando su dueña está fuera, lo lleva a una señora mayor que se ocupa de él.

"Los perros que tienen problemas para quedarse solos tienen miedo a la pérdida", indica Heimsath. Lo pasan mal. Por eso hay que enseñarles a estar solos poco a poco.

Al principio se empieza yendo brevemente a otra habitación sin cerrar del todo la puerta. Si eso funciona, se cierra la puerta y las siguientes veces se incrementa el tiempo: cinco, diez minutos, luego más.

"Hay que hacerlo sin estrés", señala la experta. Y esto lo pueden hacer los dueños solos o aconsejados por un entrenador de perros.

Patrizia Strauch, de la escuela canina Pro Canis, en la ciudad alemana de Munster, hace visitas a domicilio y coloca una videocámara.

Luego analiza con el dueño las imágenes para establecer un plan de entrenamiento. "Muchas veces hay que hacer entender al dueño cuándo se ve que el perro está relajado y cuándo que está estresado", explica Strauch.

"Se entrena en casa", dice Heisath, por eso es importante darse cuenta de cuándo es el momento adecuado.

Si el animal justo está alborotado por algo o si regresa de dar un paseo, no es un buen momento. Cuando está adormilado y tranquilo es cuando se aconseja hacerlo.

Está permitido darles un hueso para distraerlos, pero hay que evitar que vayan a identificar el premio con el momento de regreso de su dueño a casa porque entonces estará pendiente de ello.

Sobre todo hay que ser pacientes con los animales. "Un cachorro no se convierte en dos semanas en un perro entrenado", advierte Heisath. Strauch añade por su parte: "No hay nada mejor al llegar a casa que un perro soñoliento y relajado".

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