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Según los científicos de la Universidad Eötvös Loránd, los perros con sobrepeso prefieren alimentos que proporcionan más energía y, además, tratan además de maximizar su ingesta de comida. Los investigadores observaron este comportamiento independientemente de la raza del perro.
Los animales investigados vivieron en estrecho contacto con los humanos y estuvieron expuestos a los mismos factores ambientales.
Según estimaciones, alrededor del 40 por ciento de los animales domésticos en los países industrializados de Europa Central son demasiado gordos. En el caso de Alemania, el 52 por ciento de los perros y gatos sufre de sobrepeso, según un estudio realizado por la Universidad Ludwig Maximilian de Múnich (LMU).
En Estados Unidos, de acuerdo a la "Sociedad para la Prevención de la Obesidad en los Animales", el 60 por ciento de los gatos y el 56 por ciento de los perros tienen sobrepeso.
El sobrepeso y la obesidad tiene a menudo consecuencias fatales: los kilos de más pueden reducir la expectativa de vida de los animales en dos años. La diabetes, artritis y enfermedades coronarias son los efectos secundarios más comunes.
Es por eso que la LMU ha puesto en marcha una consultorio para perros y gatos con obesidad el año pasado. Ya en el año 2006, veterinarios de la Universidad de Leipzig realizaron un tratamiento de liposucción a un perro con un gran sobrepeso.
El equipo liderado por el especialista en comportamiento animal Ákos Pogány, de la Universidad Eötvös Loránd en Budapest, ha investigado las características de los perros con sobrepeso. Los zoólogos realizaron dos pruebas en 91 perros de diferentes razas, y encontraron que los canes normales y con sobrepeso se comportan de manera diferente.
En la primera serie de experimentos, los perros podían elegir entre dos cuencos de comida: uno contenía alimentos de peor calidad y era marcado por uno de los investigadores con su dedo. El otro contenía comida de mejor calidad o estaba vacío.
Los animales con sobrepeso preferían en general la buena comida e ignoraban el gesto de la persona que estaba realizando el experimento cuando el recipiente no señalado contenía el mejor alimento.
A primera vista, esto parece sorprendente, ya que se esperaría que los perros con sobrepeso optarían por el cuenco que en cualquier caso contiene alimentos. Sin embargo, los investigadores apuntan a varios estudios con humanos, que demostraron que las personas con sobrepeso u obesas prefieren alimentos más energizantes, es decir, aquellos que son ricos en grasas y azúcar. En este caso se trató del cuenco con el alimento de mejor calidad.
En el segundo experimento, se colocaron dos cuencos de comida enfrentados en una habitación: el recipiente de uno de los lados siempre contenía comida, el del otro lado no. Después de que los perros aprendieran esto, se colocó un cuenco en el medio de la habitación, de tal manera que el animal no podía ver si contenía un dulce o no. Los perros con sobrepeso se mostraban más dubitativos que los perros de peso normal y demoraron más en inspeccionar el plato de comida incierto, un comportamiento que los investigadores llaman "distorsión cognitiva negativa". En otras palabras, al no estar seguros de si iban a recibir una recompensa, los perros se mostraban reacios a acercarse al cuenco en cuestión.
En general, según los autores del estudio, los perros con sobrepeso tratan de maximizar la ingesta de alimentos con más contenido energético, pero dudan cuando la recompensa de alimento es incierta. Y esto sucede independiente de la raza.
Los investigadores esperan que su investigación con estos perros ayude en un futuro a desarrollar mejores modelos para el estudio de la obesidad y el sobrepeso. Hasta el momento se han investigado las causas y las consecuencias de la obesidad, especialmente con roedores como las ratas.