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Los patógenos se transmiten a través de la saliva durante el mordisco. Los especialistas advierten que generalmente los patógenos llegan a la sangre después de 12 a 24 horas. Las garrapatas pueden transmitir a perros y gatos la enfermedad de Lyme.
Los dueños de las mascotas deben abstenerse a utilizar remedios caseros, como por ejemplo intentar eliminar la garrapata con aceite o esmalte de uñas.
De ninguna manera hay que retorcer el cuerpo de la garrapata durante su extracción, pues al sentir mayor tensión elimina más neurotoxinas a través de la glándula salival en la herida del animal. Es mejor utilizar una pinza adecuada o los dedos lo más cerca posible entre la piel y la cabeza de la garrapata, intentando de que el parásito salga entero.
Si el perro presenta heridas es necesario limpiar y desinfectar la zona afectada.
A menudo las garrapatas se pueden detectar a simple vista o se las puede palpar recorriendo con las manos el cuerpo del animal. Por lo general se adhieren a la cabeza, el cuello, las orejas y las patas. Los parásitos a veces se demoran hasta dos horas antes de hallar el lugar adecuado para introducirse en la piel y succionar la sangre del perro o del gato.
Ante cualquier duda y si no se logra eliminar la garrapata es aconsejable acudir al veterinario.