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Según los especialistas, la voz y el tono correcto son decisivos para un buen entendimiento.
Las órdenes deben darse en un tono sereno. Los animales a menudo sienten que hay tensión o estrés, explica una revista alemana especializada en mascotas.
El tono de la voz y el volumen son importantes: un "No" fuerte y terminante tiene un efecto diferente que un "¡Nooo!" con voz chillona.
No es necesario gritar: los perros y gatos escuchan perfectamente cuando se encuentran en la misma habitación que sus dueños.
Muchos amantes de animales prefieren dirigirse a su mascota con largas explicaciones. Sin embargo deben saber que los animales no entienden los discursos largos. Es suficiente si los dueños se dirigen a su perro o gato con frases cortas y concisas.
Si bien no hay nada en contra de hablarle o susurrarle al animal, los comandos deben ser breves, destacan los expertos.