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Al igual que en los humanos también en los gatos las partes del cuerpo más sensibles al sol son las que no tienen pelo o lo tienen muy corto o delgado. Por lo tanto, es recomendable encremar la nariz, la piel alrededor de los ojos, el vientre y las orejas del gato con un protector solar SPF 50.
Las lociones para bebés son ideales porque no sólo tienen una protección alta sino que la crema se absorbe rápidamente y el gato no tiene posibilidades de lamerla.
Al igual que con las personas también los animales deben evitar el sol del mediodía, que es cuando está en más fuerte y presenta un riesgo más grande, no sólo para la piel, sino en general para el animal. Es la mejor protección, aseguran los especialistas.
Si a pesar de todas las precauciones la mascota sufre una quemadura de sol hay que llevarla de inmediato al veterinario.