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Se trata de la primera prueba experimental de que los gatos pueden comprender expresiones verbales realizadas por seres humanos.
Los investigadores del equipo de Atsuko Saito, de la Universidad Sophia de Tokio, analizó el comportamiento de 78 gatos en total. Examinaron las reacciones de los animales, primero con varias palabras genéricas en japonés y luego al escuchar su propio nombre.
Los investigadores aseguran que buscaron palabras que tuvieran un sonido similar a los respectivos nombres, enfatizando la similitud de la pronunciación.
El resultado fue que la mayoría de los gatos reaccionaron a su nombre moviendo más sus orejas o su cabeza. Otra de las circunstancias constatadas fue que también sucedía esto cuando no era el dueño del gato quien hablaba con su animal, sino un extraño.