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Los pequeños felinos despiertan el instinto protector en nosotros.
Sin embargo, pese a la fragilidad que muestran, estos animales son rápidamente independientes una vez que se los desteta de su madre. Esta les enseña todo lo indispensable, por eso no deben ser separados de ella antes de tiempo.
"Los gatitos deben estar con su madre y sus hermanos durante las primeras siete u ocho semanas de vida", dice Thomas Steidl, veterinario.
Martina Schnell, de la organización alemana Vier Pfoten (cuatro patas), cree incluso que deben permanecer más tiempo con la gata: unas 12 semanas. En esta fase, los pequeños aprenden a usar el arenero y a jugar sin ser demasiado impetuosos.
Cuando se quiere un gatito, lo mejor es acudir a un albergue y no comprarlo. Una señal de seriedad es cuando lo podemos recoger ya con las vacunas básicas puestas.
"La primera vacuna es la trivalente felina", dice Steidl. Además, hay que desparasitar al animal. "Es importante que todo figure en su cartilla", explica Martina Schnell.
Que un gato está sano es fácilmente reconocible. "Tiene el pelaje brillante y los ojos claros. Debe estar activo y no tener diarrea", señala Schnell. Cuando se los cuida bien pueden vivir hasta 20 años.
Quien no quiera que su gatito crezca, puede adoptar dos cachorros a la vez. Es bueno sobre todo para los gatos que no van a salir de casa, explica Marius Tünte, de la Asociación Protectora de Animales de Alemania.
Así estarán entretenidos todo el día. Lo más fácil es tomar a dos hermanos de la misma camada porque ya se conocen. Por lo general, los gatos del mismo sexo se llevan mejor entre ellos que un gato y una gata.
Los primeros días en el nuevo hogar serán muy excitantes para los pequeños. Hay que aprender cuál es el lugar en el que se come, dónde está la cama y dónde el arenero.
Para este último hay dos opciones: abierto o cerrado. Si el animal no está acostumbrado a usarlo, lo mejor será llevarlo allí tras cada comida. Aprenderá rápido a ir él mismo.
Hasta que el gato se haya acostumbrado a su nuevo territorio del todo pueden pasar unos cuatro meses. "Hasta ese momento es mejor que no salga de casa porque se vería desprotegido frente a perros y el tráfico", advierte Schnell.
Debe haber desarrollado todos sus sentidos antes antes de salir a la calle. La primera vez que lo haga, lo mejor es que el dueño lo acompañe.
"Puede quedarse junto a él un rato y lo aconsejable es dejarle comida a la entrada de casa o en la terraza", explica Schnell. Eso atrae al felino de vuelta.
En lo que se refiere a la comida, habrá que darle una especial para los primeros meses de vida. "Ya con seis o siete meses se le puede dar comida de adultos", indica Steidl.
La comida para cachorros suele tener mayor cantidad de calcio, ya que los animales lo precisan para el desarrollo de los huesos.
Quien no quiera darles comida procesada, puede darles carne y pescado frescos. "También les gusta el pavo", dice Schnell.
Como los cachorros están acostumbrados a que la madre les dé de mamar varias veces al día, lo mejor es darles varias comidas pequeñas a lo largo de la jornada en vez de dos diarias. Lo ideal es ponerles comida en el comedero unas cuatro o cinco veces al día.
Los dueños deberán además revisar la casa para asegurarse de que el gatito está bien. En casa hay muchos peligros ocultos para un cachorro de gato.
"Hay muchas plantas que son venenosas para los felinos", dice Steidl. Entre ellas, por ejemplo, están el helecho y las begoñas, pero hay muchas más, por lo que es indispensable comparar el nombre de las que tenemos con una lista de plantas tóxicas para gatos y deshacernos de la que sean venenosas.
Otro peligro son las ventanas entreabiertas. Al intentar salir por ellas, muchos gatos se quedan atascados y resultan heridos.
Y también hay que pensar en darles entretenimiento. Un árbol para que trepen o un ratón de juguete son buenas opciones, igual que una caja o una cesta en la que se puedan esconder.