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A menudo incluso el animal queda solo y debe pasar al cuidado de otra persona. Esto implica no sólo un cambio de dueño sino también tener que acostumbrarse a un nuevo entorno.
Todo se hará más fácil para este animal si se conocen de antemano algunas costumbres y rituales.
"Para los perros y los gatos perder a su amo es un cambio muy brusco que les provoca un fuerte estrés", explica Marius Tünte de la Sociedad Protectora de Animales de Alemania. Además, muchas veces esa pérdida viene acompañada de un cambio de hogar.
"Los animales se encuentran de pronto en un ambiente desconocido y con gente también desconocida. Las mascotas sufren mucho por los cambios y extrañan a sus antiguos dueños", señala.
"Los animales también hacen duelo. Lo escuchamos con mucha frecuencia", asegura Tünte. Los típicos síntomas del duelo son que no comen y se muestran apáticos. "Una forma de hacerles más tolerable la pérdida es rodearlos de objetos que conozcan, como juguetes y canastos".
Lo mismo aconseja Evamarie König, portavoz de un refugio para animales de Berlín. "Los nuevos dueño de las mascotas deben averiguar lo más posible sobre sus costumbres".
Por ejemplo, todo lo que hacían a diario, las veces que los sacaban a pasear o el tiempo que permanecían afuera. Asimismo, es importante saber qué medicamentos tomaban y el nombre del veterinario que los atendía.
"Además, es bueno saber qué les daban de comer, cuántas veces al día lo hacían y en qué cantidades", dice König. Este asunto es particularmente importante para las mascotas que necesitan dietas especiales por causa de enfermedades.
Sin embargo, que un gato no recibiera comida seca no significa que se le debe seguir alimentando de la misma manera.
"Sólo hay que cuidar que no se produzcan alteraciones demasiado bruscas en la vida de las mascotas", dice la experta. "Lo que hay que saber es que un cambio de la alimentación significa sumarle cosas nuevas".
Esto vale también para los paseos. "Una rutina diaria puede ayudar a que los animales se acostumbren a la nueva situación", apunta Astrid Behr, jefa de prensa de la Asociación de Veterinarios de Fráncfort. Ello incluye mantener rituales y seguir rutas fijas.
A las mascotas no hay que buscarles distracciones como si se tratara de personas. "Un perro necesita sobre todo un jefe de manada confiable que cumpla ciertas reglas y le preste suficiente atención".
Para acostumbrarse a su nuevo hogar, los perros necesitan husmear por todos los rincones, indica König. "Una ayuda es usar el recipiente de comida o el canasto al que están acostumbrados, porque se trata de un olor conocido y les sirve de orientación".
Pero si solían hacer cosas que molestan al nuevo dueño, por ejemplo, subirse a los sillones, hay que impedírselo desde el comienzo, señala la veterinaria Behr. "Hay que hacerles entender de manera tranquila pero firme que eso no se puede hacer".
Con los gatos es distinto. "A diferencia de los perros, que se adaptan más fácilmente a nuevos ambientes y a otros dueños, los gatos se caracterizan por crear cotos, lo que los hace más dependientes del entorno", asegura la especialista.
"La adaptación de los gatos requiere más atención justamente porque necesitan hacer sus exploraciones y conquistar el nuevo ambiente".
Según König, una manera de acostumbrarlos es dejarlos en una habitación con el arenero y el árbol rascador. "Al cabo de uno o dos días se les permite pasar a otro cuarto, y así sucesivamente hasta que se apropian de toda la vivienda".
Hay mascotas que se niegan a comer cuando muere su dueño. "Son casos aislados", según Behr.
"Sin embargo, cuando ocurre, hay que llamar de urgencia al veterinario". Si es posible, conviene recurrir a un especialista que tenga experiencia en comportamiento de animales. "Ellos pueden dar buenos consejos de cómo inducir a comer a un animal que extraña a su antiguo dueño".