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Se inflaman sobre todo las encías, las raíces y el hueso de la mandíbula.
Para prevenir estas infecciones es aconsejable cepillar los dientes del gato regularmente con una pasta especial. Dado que no siempre los animales se dejan someter a una limpieza dental es conveniente que lo haga el veterinario.
En algunos casos el gato también puede sufrir una inflamación en toda la cavidad bucal, que afecta a las mucosas bucales y le produce dolor. Los animales enfermos muchas veces se niegan a comer y parecen temerosos. También en este caso hay que eliminar el sarro de los dientes y el veterinario debe prescribir un medicamento contra la inflamación.