La tendencia de cremar mascotas

Durante 14 años fue su gran compañero. El perro determinaba su vida diaria y la mantenía ocupada. Es por eso, que la muerte del animal ha dejado un vacío enorme en la vida de María, de 85 años.

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Ahora, las cenizas se encuentran en una urna encima de un estante de su casa, junto a una fotografía de su querida mascota.

Al igual que María, muchas personas creman al animal con el que convivieron tantos años y se llevan luego sus cenizas. "Después de la cremación sienten que el animal está de regreso en casa", señala Emanuel Holle, portavoz del cementerio de animales Rosengarten, en la ciudad de Badbergen, en el estado alemán de Baja Sajonia.

En Alemania existen alrededor de 30 crematorios de animales. "Esta forma de entierro animal está bastante extendida actualmente", cuenta la portavoz de la Asociación de Cementerios de Animales, Gabriele Metz. "Esta tendencia comenzó hace unos 15 años y desde hace unos diez años que crece cada vez más", agrega.

El cementerio privado Rosengarten abrirá en 2019 su cuarto crematorio en la región y planea en el futuro incorporar otro en el sur de Alemania.

La industria de cremación de mascotas ha crecido mucho en el último tiempo, indica Metz. Los animales tienen ahora otro lugar dentro de la sociedad, sobre todo los perros y gatos.

"Se los considera cada vez más como un miembro pleno de la familia, como compañeros de vida, de juegos o actividades deportivas. Los animales tienen el lugar que nunca antes habían tenido. Y eso también ha cambiado la actitud de los humanos con respecto a la muerte de su mascota", explica la especialista.

Los dueños ya no quiere dejar al animal en el veterinario cuando se muere. "Quieren una despedida digna para el miembro de la familia de cuatro patas", apunta. Esta ceremonia se puede realizar en uno de los 160 cementerios de animales que hay en Alemania. Según los últimos datos hay unos 10.000 entierros de animales por año.

Existe la posibilidad de realizar una cremación individual, colectiva o anónima. Según el portavoz de Rosengarten, ya se incineran más de 100.000 mascotas al año en todo el país. Pero incluso con una tendencia en aumento, se trata de menos del diez por ciento de todas las mascotas que se entierran. La mayoría son enterradas en el propio jardín o se llevan a centros estatales de recogida de animales muertos.

Entretanto, el diseño de las urnas de cremación es sumamente variado.

"Ni siquiera parecen urnas. Son de distintos materiales y tienen formas de animales u otros motivos, que hacen que parezcan un elemento decorativo para el hogar", asegura Holle. También hay urnas en forma de marco de madera a la que se le puede agregar la foto del perro o del gato. Muchas personas prefieren no tener que dar explicaciones.

Rosengarten, con 40 sucursales en todo el país, ofrece 3.000 modelos de urnas.

Según Holle también son cada vez más populares las joyas en las que se puede poner un poco de ceniza. "Si varios miembros de una familia quieren recordar al animal, entonces se pueden repartir sus cenizas en diferentes joyas o urnas".

La Asociación de Cementerios de Animales estima que el volumen de negocios en el sector mueve anualmente entre 16 y 20 millones de euros. Casi todos los meses entran al mercado nuevos productos, señala Heike Lauer, directora y propietaria del crematorio de animales Osiris en Polch, cerca de Coblenza.

Según Lauer, esto demuestra que el "mercado se está moviendo mucho" y al menos, según cuenta, su crematorio tiene una gran demanda. "Estamos al límite de nuestra capacidad", agrega sin precisar el número.

Para Osiris es muy importante darle una impronta personal a ese momento. "El animal no debe ser un número", sostiene Lauer, que no tiene intención de expandirse. "Porque entonces, justamente se perdería eso que es importante para el dueño de la mascota", enfatiza.

Muchas personas eligen la cremación porque viven en apartamentos y no tienen forma de enterrar a sus animales en un jardín. Lauer considera que el vínculo estrecho entre el humano y el animal es la causa por la cual se crece la tendencia de hacerle un servicio especial cuando mueren.

"Uno quiere que la mascota, que nos ha acompañado durante muchos años tenga una despedida digna", señala Lauer.

Tanto Osiris, como Rosengarten, creman también a otros animales pequeños como ratones, conejos, cobayos o periquitos. "También los reptiles están siendo cremados más a menudo", indica Holle.

En el nuevo crematorio Rosengarten en Hermeskeil también hay una habitación donde los dueños pueden despedirse de su mascota. Y para aquellos que no se llevan las cenizas a casa el sitio tiene un césped donde se puede esparcir la ceniza y otro lugar que se puede visitar para recordar a la mascota.

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