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No hay nada malo en darles un poco del filete de vez en cuando, pero la comida que necesitan es otra. La comida especial para ellos garantiza que obtienen todos los nutrientes que necesitan.
Las palabras mágicas en cuestión de comida para gatos son "alimentación completa". Ya sea comida húmeda o pienso seco, cuando aparecen en el envase sabemos que esa comida tiene todo lo que el gato precisa.
"Solo hay que cuidar de que junto a ella haya siempre agua fresca", dice Katrin Umlauf, de la Federación de Protección Animal alemana en Bonn.
Pero no toda alimentación completa es igual. Eso se ve ya en la etiqueta con el precio.
Para la elaboración de la de más calidad se presta atención a que esta contenga exactamente la cantidad precisa de cada nutriente, explica Burkhard Wendland, de la Federación de Veterinarios en Ejercicio en la ciudad de Fráncfort.
Un gato sano estará bien alimentado con comida de la barata del supermercado, dice el experto. Para gatos con problemas y enfermedades, habrá que buscar otras comidas con el consejo del veterinario.
La decisión entre pienso y comida húmeda es cuestión de gusto, según Katrin Umlauf. Por lo general, el pienso tiene menos olor que la comida de lata.
"Si el gato come pienso, necesitará beber más agua", añade.
Nunca se debe dar leche al felino porque le genera problemas estomacales. Existe leche especial para gatos, pero no es una alimentación básica, sino que pertenece al grupo de los premios y golosinas.
Algunas comidas húmedas baratas contienen azúcar y, según Wendland, no son nada recomendables. "Los gatos pueden desarrollar caries en los dientes", explica.
Algunos piensos son especialmente caros. "En ellos, los nutrientes están muy concentrados y los gatos necesitan comer menos cantidad", apunta Umlauf.
Dar de vez en cuando un poquito de nuestra comida al gato no es malo, siempre y cuando no esté muy salada y no sea una golosina o cerdo crudo.
En muchas ocasiones, el dueño se rompe para nada la cabeza intentando decidir qué comida dar a su gato y este solo come una. Esto puede ser porque ha comido la misma desde pequeño.
Para evitar que esto ocurra, es bueno cambiar al gato de comida de vez en cuando.
En comparación con los dueños de perros, los de gatos tienen una ventaja clara, según Inge Brinkmann, de la Cámara de Veterinarios de Bonn.
Los felinos no se tragan de golpe toda la comida que haya, sino que dejan de comer cuando ya están saciados. Esto tiene su origen en el hecho de que los gatos salvajes, a diferencia de los perros, por lo general cazan y comen solos.
Lo más recomendable por eso sería poner la ración diaria de comida en el comedero y que el gato se la vaya administrando. Esto solo se puede hacer con el pienso, porque la comida de lata se pone mala con el paso del tiempo.
No obstante, la mayoría de los expertos recomienda dar de comer cuatro veces al día y luego tres a los gatos de hasta una edad de entre seis y nueve meses. Posteriormente se les puede dar de comer dos veces al día.
"Se puede acostumbrar al gato a comer a unas horas determinadas", dice Burkhard Wendland. Y, por ejemplo, se les puede dar comida húmeda por la mañana y seca por la noche, o viceversa.
La regularidad con los gatos tendentes al sobrepeso debe ser respetada. Con los castrados hay que tener precaución. Se mueven por lo general menos pero pese a ello tienen mucho hambre.
En esos casos puede ayudar obligarles a hacer algo de ejercicio, por ejemplo escondiendo la comida por la casa. Y cuanto más lejos estén los escondites de la mesa del comedor, más capacidad de atracción perderá el filete.