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No hay límites para poner a prueba la imaginación durante la salida con el perro. Incluso, a las personas que no les gusta mucho jugar con su mascota pueden probar haciendo ejercicios de obediencia. Por ejemplo que el perro aprenda a caminar junto a su dueño, que se siente o se acueste. Este aprendizaje no tiene por qué ser aburrido. Se puede practicar caminando alrededor de árboles, por ejemplo en slalom.
Los cachorros son muy susceptibles a las distracciones, por lo tanto es aconsejable empezar con este tipo de juegos o ejercicios muy temprano.
A los perros muy glotones les encanta cuando se les esconde alimento entre la hierba y tienen que buscarlo. También se puede dejar la comida a unos metros del animal y tras una orden tiene que ir a buscarla y la puede comer.
"Este tipo de juegos son adecuados para animales más inquietos", señala el psicólogo de perros Thomas Riepe. Muchas veces equedan agotados por los ejercicio y se tranquilizan de una manera sencilla.
A muchos perros, incluidos los retriever, les encanta buscar señuelos. "Sin embargo, este trabajo debe hacerse correctamente", explica la entrenadora de perros Sophia Heiduk. El perro debe sentarse relajado junto a la persona e ir a buscar el señuelo recién después de que se emita la orden.
Lo mismo vale para el lanzamiento interminable de pelotas con la esperanza de cansar al perro. "Esto reduce cada vez más el umbral de estímulo. Los perros se vuelven como locos y adquieren una especie de adicción", apunta Riepe. Incluso después del juego, los canes permanecen excitados durante mucho tiempo.
Los perros de naturaleza inquieta no se tranquilizan solamente con mucho movimiento, sostiene Heiduk. Por supuesto que los animales deben tener suficiente ejercicio, pero muchas veces se los puede tranquilizar mejor haciendo juegos de escondite o ejercicios de obediencia.
Por último, pero no menos importante, los perros también necesitan largos períodos de inactividad para estar equilibrados internamente. "Para un perro de tamaño mediano, una salida diaria de dos a dos horas y media es suficiente. Los perros necesitan descansar de 15 a 20 horas por día", aconseja Riepe.